Por: Eduardo Bermúdez Barrera PhD.
Universidad del Atlántico. Barranquilla, Colombia, América del Sur
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GM. Yuri Lvovich Averbakh (Foto tomada de elpais.com) |
No todos los días se encuentra
uno con un jugador de ajedrez que haya conocido a todos los campeones mundiales
de ajedrez desde Lasker hasta Carlsen, sucedió en abril de 2008, durante el
Campeonato Senior de Ajedrez de los Estados Unidos, en el lobby del hotel
Marriot de Boca Ratón, Florida, mientras quien escribe estas líneas descansaba de
la agotadora doble jornada, tuve la fortuna de toparme con dos históricas
figuras del ajedrez mundial. Ellos estaban de invitados especiales para sendas
conferencias por los coleccionistas de tableros y piezas de ajedrez reunidos
allí eran: el gran maestro Yuri Averbakh y su amigo de infancia e historiador
del ajedrez: Isaac Linder. Averbakh fue un magnífico jugador, superexperto en
finales, investigador de aperturas, presidente de la Federación Soviética de
Ajedrez y vicepresidente de la FIDE. Linder y Averbakh, habían presenciado,
junto a Smyslov, como Jóvenes Pioneros, el Torneo de Moscú, 1935, donde jugaron
Capablanca, Lasker, Flor y Botvinnik. Averbakh llegó también, en los años 50s,
a candidato oficial al título mundial jugando en el famosísimo Torneo de
Candidatos de Zúrich 53.
Yuri Lvovich Averbakh, quien se
convirtió en leyenda del ajedrez al ser el único Gran Maestro en llegar a los
cien años de nacido, me pareció un hombre de pocas, pero sabias palabras y
Linder, en cambio, era muy locuaz y risueño. Contrastaban así no solo por sus
estaturas, sino también, por la fácil sonrisa de Linder y su ágil movilidad
corporal, contra el rostro severo y el andar pausado y silencioso de Yuri
Averbakh, quien, por cierto, detentó su título de Gran Maestro por 70 años.
Nadie en toda la historia del ajedrez se ha mantuvo vivo y activo durante siete
decenios con el pergamino de GM. Pero las virtudes y logros de Yuri Averbakh
van más allá de su longevidad ajedrecística. A propósito de Historia, Averbakh
fue uno de los mejores y más profundos historiadores del juego ciencia.
Averbakh, además de jugar al
ajedrez a un alto nivel, estudió ingeniería mecánica y su tesis doctoral fue
sobre motores Diesel para aviones. Aprendió varios idiomas entre ellos el
alemán de sus ancestros y un muy fluido inglés que le permitió viajar por el
mundo. Trabajó bajo las órdenes del destacado científico y matemático soviético:
Mstislav Kéldysh, quien fuera uno de los lideres de la carrera espacial
soviética. Esta fue una de las poderosas razones por lo cual Averbakh no se
dedicó profesionalmente al ajedrez ya que, aunque los GM de la antigua URSS
recibían un buen salario, su pago era mejor que el de ellos u sus ocupaciones
profesionales le impidieron prodigarse jugando torneos nacionales e
internacionales.
Pero, volvamos al ajedrecista y hablemos un
poco del estilo de juego del GM ruso que se caracterizó por una gran armonía y
seguridad, similar a la de su compañero de generación, el campeón mundial
Vassily Smyslov. Es sabido que su score contra el extraordinario jugador de
ataque Nezhmetdinov, quedó abrumadoramente a su favor 8 a 0 y una tablas.
Averbakh mismo lo explica así: “Nezhmetdinov, cuando atacaba, podía dar mate a
cualquiera, incluido el mismísimo Tal, pero yo no le daba ninguna posibilidad
de juego activo, de tal modo que por estar buscando complicaciones iba
arruinado cada vez más su posición”. No se vaya a pensar por ello que Averbakh
mismo no fue, durante sus mejores años de ajedrecista activo, un grandioso
jugador de ataque. Vean su partida contra Taimanov en Zúrich, 1953, o su
fantástica entrega de torre contra Geller en el Campeonato de la URSS, 1954. Y,
que decir, del fuerte ataque al flanco rey en su tercera partida contra el GM
Oscar Panno en el histórico Match URSS vs Argentina, 1954.
La faceta del juego ciencia en la
que más destacó Averbakh fue el final. Otra vez en el Torneo de Zúrich, 1953 lo
tenemos dando una lección al viejo zorro Najdorf, donde en la posición en la
que abandona el GM polaco-argentino, vemos un caballo “bueno” dominando a un
alfil “malo”. Algo similar ocurrió en su partida contra el también GM Andor
Lilienthal en el campeonato de Moscú, 1949, donde sin ninguna ventaja material
y con peones en ambos flancos encontramos un caso más que contradice la regla
que afirma que, con peones en ambos flancos, el alfil es mejor que el caballo.
Yuri Averbakh, es el único Gran
Maestro de Ajedrez de 100 años, que pudo presumir de haber compartido momentos
de su vida deportiva con todos los campeones mundiales desde Enmanuel Lasker
hasta Magnus Carlsen y haber jugado o compartido con la mayoría de ellos, venciendo
en el camino a Euwe, Botvinnik, Smyslov, Tal, Petrosian y a otros que fueron
Candidatos al título mundial como Lilienthal, Najdorf, Szabo, Keres, Bronstein,
Bolevslavski, Taimanov, Kotov, Larsen, Polugaievski, Panno, Pilnik, Gligoric,
Geller, Gulko, Korchnoi, Uhlmann, Hubner, Vaganian.
Cuando cumplió 90 años le
preguntaron que por qué no había sido campeón mundial y dijo:
“Lo que pasa es que divido a los
ajedrecistas en varios grupos.
El primer grupo es el de los asesinos.
Si lo comparas con el boxeo, son aquellos que no solo intentan ganar, sino que
intentan noquear al otro, y en el ajedrez, aplastarlos. Botvinnik, Fischer y
Korchnoi eran así, y Kaspárov también tiene esos rasgos.
El segundo grupo son los luchadores.
Dan una buena pelea, pero no tienen que noquear a su oponente; solo tienen que
ganar. Lasker era así, Bronstein, Tal, aunque Tal tiene algunos rasgos
artísticos.
El tercer grupo son los deportistas.
Para ellos, el ajedrez es el mismo tipo de deporte que el tenis. Es decir, se
exponen muy bien, pero cuando el deporte llega a su fin, son personas normales,
corrientes. Capablanca era así, Keres también.
Y el cuarto grupo son los jugadores,
para quienes el ajedrez es un tipo de juego. Juegan a las cartas, juegan al
dominó, están listos para jugar cualquier cosa. El representante clásico de
este grupo es Karpov. Todos los campeones del mundo pertenecen a uno de estos
cuatro grupos. Y luego hay dos grupos más: investigadores y artistas. Ninguno
de ellos se ha convertido nunca en campeón; no están lo suficientemente
motivados. Soy investigador. Me interesa el ajedrez como tema de
investigación.”