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14 julio 2011

Adios al Mago.



El Maestro Internacional CARLOS CUARTAS (1940 - 2011)

" fué una de las personas más queridas en el mundo del juego ciencia en Colombia"



Por: Eduardo Bermúdez Barrera


El maestro internacional de ajedrez Carlos Cuartas fue una de las personas más queridas en el mundo del juego ciencia en Colombia durante la segunda mitad del siglo XX. Múltiple campeón de su país 1965,1967, 1968, 1970,1975, 1976 y 1983,(siete veces) y participante en las olimpiadas de ajedrez de 1964, 1966, 1970, 1972, 1974,1976, 1980,1982, 1984 y 1994 - fue el primer colombiano en acumular diez participaciones olímpicas. Se le debe considerar como líder de una nueva generación (con Juan Minaya y José Salvador Rodríguez) quienes en el ajedrez nacional iniciaron, hacia los años sesenta, la definitiva ruptura de la hegemonía que mantuvieran Luis Augusto Sánchez y Miguel Cuéllar Gacharná desde los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Su triunfo en un macht contra Cuéllar en 1968 por 8 y medio puntos contra 6 y medio, o, su brillantísima victoria contra el mismo Cuéllar en el XIX Campeonato Nacional de 1969, son prueba fehaciente del éxito de la aludida ruptura.

Al maestro Cuartas se le conoció por muchos años como “El Mago”, mote sin duda ganado por su reconocida habilidad para efectuar jugadas extraordinarias y ocultas para el aficionado común, sacadas como de un mágico sombrero escaqueado. Muchas de sus partidas nos hacen recordar a Fred Reinfeld en su libro El Lado Humano del Ajedrez cuando escribió: “El ajedrez se convierte en arte cuando un jugador alcanza el punto en el cual le es posible preconcebir una posición ganadora y tiene la habilidad suficiente para concretarla. A tal jugador se le llama Maestro. Los grandes maestros, como los grandes compositores musicales, los grandes artistas de la plástica, los grandes matemáticos, los grandes místicos, tienen la facultad de sumergirse por sí mismos en procesos creativos con un objetivo y una concentración que está más allá de la mayoría de nosotros…” y Carlos Cuartas perteneció a esta pléyade de reconocidos maestros.


Una muestra de sus partidas justifica de por sí la inclusión del Maestro Carlos Cuartas en esta élite de jugadores quienes, con sus “actos creativos…han producido una literatura de piezas magistrales que son una de las glorias de la mente humana”. Ejemplos de ello son partidas como, la que le ganó al GM holandés Paul Van der Sterren en Inglaterra en 1979, donde jugando un ajedrez netamente clásico, sin las tendencias por el juego bizarro que caracterizaron varios períodos de su carrera, nos lega una joya que nos proporciona un placer estético único, en una partida siciliana en la cual, con las piezas blancas, conduce el ataque Keres con depurada solvencia magistral. Tenemos también, el mágico remate 43…, Ae1 jaque! contra el GM dominicano Ramón Mateo en la Olimpiada de 1984, o, el didáctico final contra el ex campeón mundial juvenil y GM argentino Pablo Zarnicki en el Continental de Cali, 2001. O, Su brillante Ataque indio de rey contra el GM cubano Jesús Nogueiras en el Torneo Santa Fé de Bogotá, 1979. No olvidemos tampoco su histórica victoria contra el GM Beliavski en el mismo Torneo Santa Fe de Bogota,1979.


Cuartas tuvo un destacado periplo europeo durante el segundo lustro del decenio de los setenta del pasado siglo. Vivió en Suiza un tiempo siendo entrenador y jugador para un prestigioso club suizo, el mismo club al cual perteneció Víctor Korchnoi durante algún tiempo. Jugó torneos en Alemania, Austria, Inglaterra, España, Francia, Italia, Eslovenia, etc. Precisamente en este último país, fue protagonista en un Torneo internacional realizado en la provincia de Ribnica, derrotando en la última ronda el héroe local y principal favorito del torneo el MI Mestrovic, lo cual proporcionó al maestro colombiano un excepcional quíntuple empate en el primer lugar. En Inglaterra también, según nos contó él mismo en una conversada noche de infinitos vinos, tuvo ocasión de jugar y vencer a otro héroe local, esta vez fue en 1980 y las cámaras de la televisión británica habían ido a filmar la probable victoria de un joven prodigio quien, pocos años después, sería subcampeón mundial absoluto y respondía por el nombre de Nigel Short. La partida infortunadamente no la hemos podido conseguir, pero su huella quedó indeleble en los mejores recuerdos ajedrecísticos del maestro paisa quien la narró, como uno de sus logros más gratos.


Entre otras de sus partidas para destacar están: con blancas y jugando peón dama, la victoria contra el MI cubano Eleazar Jiménez, en el Torneo Panamericano de La Habana, 1966, única derrota de Jiménez quien se coronó Campeón del torneo, aquí, el por entonces joven maestro colombiano, muestra gran dominio de las sutilezas para atacar la defensa india de rey. Más adelante lo tenemos, con piezas blancas abriendo con peón rey, en su victoria en la Olimpiada de Skopje contra el Campeón de Holanda 1972, MI C. Zuidema, conduciendo con maestría una variante de la apertura escocesa que culmina en un final ganador. Con peón de rey también derrotó en una bonita partida al MI argentino Jaime Emma, en Buenos Aires 1973. Cuartas jugó al ajedrez y probó infinidad de variantes, muchas veces dudosas, pero con la idea de explorar las infinitas posibilidades del juego con propósitos artísticos.


Una de sus primeras participaciones en campeonatos nacionales fue en Barranquilla, 1959, donde, según consta en un número especial de la revista JAQUEMATE de Ciénaga, jugaba ya su favorita defensa francesa, la cual habría aprendido analizando quizá las mejores partidas de Botvinnik. Luego, ya como campeón nacional, vendría a dar simultáneas en 1966 en el Parque Surí Salcedo y retornaría en 1972 para el Campeonato Nacional que finalmente otorgara el primer título a su entrañable colega y amigo de aventuras el MI Oscar Castro. Allí lo recordamos con sus gruesos lentes de monturas de carey y pobladas barbas de profeta bíblico, moviendo hábilmente las piezas con sus temblorosas manos y analizando luego de cada partida, en algún pequeño tablero magnético de bolsillo, las variantes que pudieron ser y no fueron. Veinte años después, disfrutaba con nosotros un delicioso coctel de Ron Blanco con agua e coco en el Carnaval de Barranquilla, luego de algún evento juvenil al cual asistió como entrenador.

Nos queda el legado de sus partidas y también una vocación por transmitir sus conocimientos que se prodigó por todo el país, sembrando semillas de ajedrez en los distintos y diversos confines de la nación sin la retribución apropiada que esta labor merece, movido más por un amor incondicional a la diosa Caissa, que por una política de planificación deportiva estatal o privada para el desarrollo del ajedrez.