Por Uvencio Blanco Hernández
El hiyab es un término de raíz árabe con interpretación compleja. Un
estereotipo lo asocia a la estética, lo externo o apariencia personal de
la mujer musulmana. Sin embargo, al profundizar en su significado, el
mismo llega a adquirir un sentido metafísico por ser un asunto propio de
su espíritu, una expresión de su religiosidad personal, un estado del
corazón, una cuestión interna, privada e íntima". En su artículo el Dr.
Uvencio Blanco reflexiona acerca del velo eslámico y sus repercusiones a
las mujeres y ajedrecistas, por ejemplo, a Sara Khadem.
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Sara Khadem | Foto: Lennart Ootes |
El Corán describe qué es hiyab
El Diccionario de la Lengua Española define el hiyab como “pañuelo
usado por las mujeres musulmanas para cubrirse la cabeza”. En nuestro
idioma es una palabra de género masculino que fue introducida en la 23ª
edición (“Edición del Tricentenario” 2014) y, probablemente, esa sea la
acepción más conocida por nosotros los occidentales; el de un velo que
cubre la cabeza de la mujer árabe; un estereotipo, la idea más
generalizada sobre este interesante -y polémico- artículo de vestir.
Pero en la Enciclopedia del Islam se lo define como:
“Un velo que cubre la cabeza y el pecho que las
mujeres musulmanas usan en presencia de personas que no sean de su
familia inmediata”. En términos generales designar una prenda específica
moderna, llamada también velo islámico”.
Pero su significado no está limitado a una prenda de vestir.
Encontramos en la etimología de la palabra hiyab un significado con
mayor alcance: ocultar, tapar; la vestimenta islámica que oculta la
belleza de la mujer. Sin embargo, como veremos más adelante, el Corán
(el libro sagrado del islam, esto es, la palabra de Dios revelada a
Mahoma), ordena hiyab o cobertura, tanto para hombres y mujeres; “el
velo que separa al hombre o el mundo de Dios”.
Inclusive, curiosamente el término hiyab aparece siete veces en el
Corán y en ninguno de los casos se refiere al atuendo femenino, para el
que se utilizan otros términos. Esto nos puede parecer sorprendente,
dado que esperamos que su uso sea exclusivo para las mujeres y, aún más
allá, en el espíritu del Corán, la palabra hiyab no significa pañuelo de
cabeza, el sentido de la misma es de “cobertura”.
En “Velo sí, velo no” Dolors Bramon, nos especifica que:
“El hiyab del Corán no se refiere nunca al
atuendo, sino a un velo o cortina, que además solo en un caso se pone en
relación con las mujeres. Las disposiciones sobre el atuendo, por otro
lado, no parecen indicar que haya que cubrirse por completo, sino que
aluden en términos generales a utilizar un atuendo recatado, no tanto
por una cuestión sexual (pecado) como social, ya que las normas de
vestimenta que impone a las mujeres solo son válidas si éstas están en
presencia de personas que no pertenezcan a su círculo familiar o
doméstico”.
Siendo así, el hiyab es un término de raíz árabe con interpretación
compleja. Un estereotipo lo asocia a la estética, lo externo o
apariencia personal de la mujer musulmana. Sin embargo, al profundizar
en su significado, el mismo llega a adquirir un sentido metafísico por
ser un asunto propio de su espíritu, una expresión de su religiosidad
personal, un estado del corazón, una cuestión interna, privada e
íntima”.
Adicionalmente,
“La filosofía del velo islámico se origina de un
tema básico. El Islam insiste en que todos los placeres sexuales tanto
visuales como físicos limitan el ambiente familiar y a la boda legal. De
esta manera la mujer con su Hiyab puede impedir la corrupción moral en
la sociedad”.
Hiyab, Morteza Motahari (2011)
El hiyab como expresión cultural
Con base en lo establecido en el Corán y la Sunna del Profeta, es
conducta obligatoria que la mujer use hiyab. Más que parte de un
artículo del vestir, el hiyab es una actitud ante los hombres de la
familia, ante su esposo, ante los extraños y, por extensión, la
sociedad.
Visto como un código de vestimenta, concuerda con normas relacionadas
con la modestia, el recato, la privacidad y -muy particularmente- la
reclusión de las mujeres de los hombres en espacios públicos. Esto
conlleva entonces, a usar el hiyab tanto física como mentalmente.
En tanto elemento cultural de rancia tradición, el hiyab se encuentra
asociado a la mirada, voz, movimientos, manos y cabello de la mujer, el
hiyab es utilizado por estados islámicos como una forma de control de
la población femenina; inclusive, utilizando para ello una especial
vigilancia y seguimiento por parte de la temida “Policía Religiosa
Islámica”.
Jina “Mahsa” Amini breve relato de un femicidio
En horas de la tarde del 13 de septiembre de 2022, la ciudadana iraní
Mahsa Amini joven de 22 años nacida de Saqqez, provincia de Kurdistán,
se encontraba junto a su hermano, cerca de la estación del metro Shahid
Haqqani, cuando fue arrestada intempestivamente por agentes de la
“Policía de la Moral” o “Policía Religiosa Islámica de Irán” (Gasht-e
Ershad).
¿El motivo? no portar adecuadamente el hiyab. Entonces fue trasladada
al centro de detención para recibir una "clase informativa o de
corrección” lugar de donde esperaba fuera liberada en una hora. Sin
embargo, poco después fue ingresada en el hospital Kasra de Teherán, muy
golpeada y en estado de inconsciencia.
Allí, luego de entrar en estado de coma -producto de trauma
generalizado por golpes de cachiporras, Jina falleció el 16 de
septiembre de 2022. Según declaración de su madre:
“Los policías golpearon a Jina, la golpearon
delante de su hermano [...] La abofetearon, le golpearon las manos y las
piernas con una porra… Durante el trayecto a la comisaría habrían
continuado agrediéndola hasta recibir un golpe en la cabeza con una
porra, tras de lo cual quedó inconsciente… Los médicos habrían
corroborado que la joven recibió «un violento golpe en la cabeza”.
Shwan Mohammed/AFP (28 de septiembre de 2022)
El homicidio de esta joven kurda, defensora de los derechos de las
mujeres, estando bajo custodia de la policía iraní por -presuntamente-
no cumplir con el estricto código de vestimenta; en este caso, por no
usar correctamente el hiyab o velo islámico según lo establecido en la
Ley de hiyab obligatorio de 1979, generó una ola de protestas y de
manifestaciones masivas no sólo en Irán, sino también en diferentes
partes del mundo.
Cuatro meses después de este brutal femicidio contra una mujer kurda y
de haberse iniciado dichas protestas en Irán y decenas de miles de
mujeres han quemado sus velos en piras públicas o cortado sus cabellos,
se cuentan más de 200 muertos y desaparecidos, centenas de heridos y
miles de detenidos por su participación en los referidos movimientos
antigubernamentales.
Y tal como ocurre en estos casos, la Oficina de Derechos Humanos de
la ONU pidió una investigación; mientras que Estados Unidos solicitó a
la república islámica de Irán que ponga fin a su “persecución
sistemática” de las mujeres.
Y, como también era previsible, las autoridades iraníes desestimaron
las críticas por considerar que las mismas tenían una motivación
política y acusaron a países extranjeros de fomentar los disturbios.
Punto.
Un sector del deporte no ha sido indiferente
Como hemos visto, el hiyab es de uso obligatorio en Irán aunque no
siempre ha sido así, ni en esta república, ni en otras naciones
islámicas. De hecho, el hiyab ya existía en la Arabia preislámica; en
esa época era considerado como signo de dignidad y respetabilidad,
porque distinguía a las mujeres libres de las esclavas.
Aunque el hiyab es un elemento cultural de origen musulmán, no es
sino hasta comienzo de los 70´s del siglo pasado, cuando esta prenda se
actualiza como un tipo de pañuelo, pañoleta o velo que cubre
completamente la cabeza y el cuello. Pero también es considerado como un
signo de reivindicación cultural en ambientes en los que se percibe
rechazo hacia algunos elementos de la cultura árabe. Igualmente es visto
como un símbolo de reivindicación femenina.
Ahora bien, el deporte en general no ha sido indiferente a protestas
ocurridas en los últimos años; por ejemplo, en 2019, la boxeadora Sadaf
Khadem fue la primera deportista iraní que participó en una competición
deportiva sin velo. Este hecho atrajo la atención de la comunidad
internacional y también de la "Policía Religiosa Islámica”. Desde
entonces, Khadem vive exiliada en Francia.
La escaladora iraní Elnaz Rekabi, participó sin hiyab en una
competencia en Seúl, gesto que fue interpretado como un acto de rebelión
en solidaridad con las protestas que se desarrollaban en su país.
Más adelante y por el asesinato de la joven Mahsa Amini, varias
atletas femeninas de alto nivel han manifestado su apoyo a las protestas
que se desarrollan en Teherán. Igualmente, se observó que durante el
Mundial de Qatar 2022 algunos futbolistas mostraron su respaldo a las
distintas manifestaciones realizadas.
Nuestras ajedrecistas se concientizan sobre este tema
En el caso del ajedrez (femenino), desde hace muchos años, destacadas
maestras del tablero han protestado contra el uso obligatorio del hiyab
en torneos internacionales de esta disciplina.
Por ejemplo, en 2016 la gran maestra femenina Nazi Paikidze-Barnes
(30), de origen georgiano y campeona de EEUU, se pronunció en contra de
la celebración del Campeonato Mundial de Ajedrez Femenino de Teherán
(2017) y lo hizo en el marco de la Olimpiada de Ajedrez de Azerbaiyán:
"No llevaré hiyab ni apoyaré la opresión de las
mujeres, incluso si supone perderme una de las competiciones más
importantes de mi carrera”.
En esta misma línea las grandes maestras Sabrina Vega Gutiérrez (ESP)
y Anna Muzychuk (UCR), se manifestaron en contra el Mundial de Ajedrez
Rápido de 2017 en Riad, Arabia Saudita.
GM Sara Khadem al Sharied
Más recientemente y en relación directa con el uso del hiyab, la
ajedrecista iraní la gran maestra Sara Khadem al Sharied (25 años)
participó -sin usar el hiyab- en el Campeonato Mundial de Ajedrez Rápido
y Blitz FIDE celebrado en la ciudad de Alamaty, Kazajstán. Al finalizar
el evento y en un intento por evitar represalias de su gobierno, ha
decidido establecerse en España junto a su familia.
Sobre este caso, sugiero la lectura de un artículo publicado
recientemente en ChessBase por nuestro colega en la Comisión EDU FIDE
Leontxo García, periodista de El País de España.
Quisiera concluir expresando que este crimen, uno de tantos asociados
al uso del hiyab, va más allá de lo relacionado oficialmente con un
código de vestimenta, el mismo se inscribe en un omnipresente sistema
represivo de explotación patriarcal que por siglos se ha instaurado en
países islámicos en contra del empoderamiento femenino y el derecho a
expresarse en libertad. Una libertad que cada día nos es más escasa.
“Profeta: di a tus mujeres y a tus hijas y a las
mujeres de los creyentes que se ciñan sus velos. Esa es la mejor manera
de que sean reconocidas y no sean molestadas. Dios es indulgente,
misericordioso”.
Corán, 33, 59
Fuente chessbase.com