In Memoriam: Capablanca, a 70 años de su prematura partida
Por AI Uvencio Blanco
Desde hace muchos años he estado ligado al nombre Capablanca; siendo miembro y directivo del Club “Capablanca” en Caracas, coleccionando algunas de sus obras y fotografías, visitando su casa de nacimiento y su panteón en Cementerio de Colón en
La Habana, mediante la divulgación de su pensamiento, la réplica de sus
partidas y logros, colocándole su nombre al menor de mis hijos José
Raúl, como título para tres de mis escritos José Raúl ajedrecista, El castillo del príncipe y Fundamentos de ajedrez, entre otras acciones.
Capa en la portada de la revista Time en 1935.
En
parte, esto se debe a que Capablanca ha sido marca y referencia mundial
de calidad y comprensión del juego de ajedrez; sus récords,
efectividad, leyenda y fama, así lo avalan. Baste señalar que en su
carrera deportiva, alcanzó un elevado 72.4% de efectividad como producto
de 315 partidas ganadas, 266 entabladas y 38 derrotas.
Precisamente es él de quien hace 70 años el campeón mundial de ajedrez Alexander Alekhine expresara: "Ha muerto el más grande ajedrecista de todos los tiempos. Jamás volverá a nacer uno igual". El mismo Alekhine quien, probablemente un bien fundado temor, le negara, durante 15 años la posibilidad de un match de desquite por el título mundial.
Precisamente es él de quien hace 70 años el campeón mundial de ajedrez Alexander Alekhine expresara: "Ha muerto el más grande ajedrecista de todos los tiempos. Jamás volverá a nacer uno igual". El mismo Alekhine quien, probablemente un bien fundado temor, le negara, durante 15 años la posibilidad de un match de desquite por el título mundial.
A. Alekhine vs. J. R. Capablanca / Match de Buenos Aires, 1927.
Había
ocurrido que –tal día como hoy y en horas de la mañana- estando Capa
(como lo llamaban sus allegados y admiradores), analizando una partida
en el Manhattan Chess Club de Nueva York, le sobrevino una fuerte subida
de tensión que ameritó su inmediata hospitalización en el Monte Sinaí
de dicha ciudad; allí exhalaría su último suspiro. Tenía 53 años pero su
gloria de más de 3 décadas, apenas comenzaba a decantarse.
La noticia de su fallecimiento recorrió un mundo convulsionado por la Segunda Guerra Mundial; en Cuba, México y los mismos Estados Unidos no creían en la veracidad de la misma. De hecho, la prensa internacional, los amantes del ajedrez, sus seguidores y admiradores se sintieron confundidos y muy apenados por tan temprana ida; una verdadera pérdida para el ajedrez mundial, por lo que en su país fue recibido por multitudes y gobierno quienes le rindieron honores de Héroe caído en Batalla.
La noticia de su fallecimiento recorrió un mundo convulsionado por la Segunda Guerra Mundial; en Cuba, México y los mismos Estados Unidos no creían en la veracidad de la misma. De hecho, la prensa internacional, los amantes del ajedrez, sus seguidores y admiradores se sintieron confundidos y muy apenados por tan temprana ida; una verdadera pérdida para el ajedrez mundial, por lo que en su país fue recibido por multitudes y gobierno quienes le rindieron honores de Héroe caído en Batalla.
José Raúl y Olga.
Hoy,
siete décadas después, en muchos clubes, peñas de ajedrez y salas de
juego, su memoria se mantiene fresca y vigente; sigue teniendo
admiradores en todas partes del mundo; no solo los ajedrecistas de café
sino, sobre todo, los grandes maestros del tablero quienes a través de
sus declaraciones y enseñanzas le rinden culto. Hablamos de los
Botvinnik, Fischer, Najdorf, Spaski, Petrossian, Tahl, Kárpov, Kaspárov y
Krammik, entre muchos otros.
Filatelia: Match E, Lasker vs. J. R. Capablanca / Match de La Habana, 1921.
Velatorio de Capablanca, la noche del 08.03.1942.
Panteón de Capablanca en el Cementerio de Colón en La Habana.
Fuente: ajedrezcsm.com