Capablanca fue su primera referencia de Cuba
Por: Osvaldo Rojas Garay
De una manera u otra, tal como relata el general de brigada William Gálvez Rodríguez en su libro Che deportista, el Guerrillero Heroico
incursionó en la mayoría de los deportes, sobresaliendo en cuatro de
ellos: natación, fútbol, rugby y el ajedrez, éste último lo aprendió
desde pequeño en aquellas largas permanencias en la casa, debido al
asma.
Durante esos prolongados encierros motivados por su padecimiento es
cuando el padre enseña al niño Ernesto a jugar ajedrez, disciplina que
no dejó de practicar hasta sus últimos días.
Cuando apenas tenía 11 años de edad, Buenos Aires acoge en 1939 la
Olimpiada Mundial de Ajedrez, que marcó el debut de los cubanos en estas
citas liderados por José Raúl Capablanca, quien doce años atrás en la
propia capital argentina había perdido la corona mundial frente a
Alexander Alekhine.
En su última gran competencia, Capablanca se llevó la medalla de oro
en el primer tablero. El pequeño Ernesto estuvo al tanto de lo que
ocurría en el certamen bonaerense y así, según reconociera en testimonio
posterior, tuvo la primera referencia de Cuba al enterarse de que el
famoso trebejista era cubano.