El ajedrez en vivo extrema sus precauciones con un protocolo muy estricto en los campeonatos de España juveniles
La imagen no es muy habitual en los torneos de ajedrez, aunque igual empezamos a acostumbrarnos, después de lo visto en Salobreña. Fotos: Patricia Claros Aguilar |
El ajedrez es un deporte de bajo riesgo y contacto casi nulo, pero no ha sido fácil, barato ni exento de polémica retomar las competiciones después del confinamiento. «Teníamos que hacerlo», afirma Javier Ochoa, presidente de la Federación Española (FEDA), consciente de que un pequeño rebrote podía poner fin al sueño que se vive en Salobreña. La localidad granadina acoge desde el 14 de julio los campeonatos de España juveniles. El sábado terminó el torneo sub 14 y antes tuvieron lugar los sub 8, sub 10 y sub 12. De momento, sin ningún positivo, aunque con alguna incidencia.
Los antecedentes eran inquietantes: el torneo de Candidatos fue suspendido justo en su ecuador, cuando Rusia decidió cerrar su espacio aéreo y la Federación Internacional temía no poder llevar a los grandes maestros de vuelta a sus casas. Hoy todavía no está claro cómo se resolverá la prueba, de la que saldrá el próximo retador del campeón del mundo, Magnus Carlsen, por no hablar de la injusticia creada con Teimur Radjabov, a quien deberían compensar de algún modo. El azerbaiyano se clasificó para la final, pero luego no quiso participar, después de pedir sin éxito a la FIDE que aplazara la competición. El tiempo le dio la razón, pero él se quedó fuera.
En Salobreña quedan dos semanas, si la salud de los participantes lo permite y la historia no se repite, para dilucidar los campeones y campeonas 16 y 18. Chicos y chicas juegan juntos, una costumbre ya arraigada, aunque la participación femenina no suele pasar del 30%.
La FEDA ha gastado cerca de 10.000 euros en comprar cañones de ozono para desinfectar la sala de juego (y todo lo que contiene: tableros, piezas etcétera) después de cada ronda. Es la medida más espectacular, pero no la única. «Fuera de sus casas, en ningún sitio están tan seguros», sostiene Ochoa, más que favorito a ser reelegido en septiembre, después de 23 años en el cargo (esa es otra historia). «La situación ha mejorado desde el Candidatos. Siempre puede haber un rebrote, aunque extremamos las medidas. No hacer nada era la manera más fácil para no tener problemas, pero no había motivos para no organizar las competiciones. Viene quien quiere».
La sala de juego parece una burbuja aislada del exterior, lo que no ha evitado un descenso de participación cercano al 40%. Yudania Hernández, una de nuestras mejores ajedrecistas y forjadora de talentos, lamentaba la ausencia de Nerea y Alejandro Cereijo, que acaban de copar los dos primeros puestos en el campeonato gallego sub 12 (que en Galicia una chica gane una competición mixta empieza a no ser noticia, por cierto). La entrenadora afirma que el mayor miedo a veces no es caer enfermo, sino quedar atrapado en una cuarentena en el hotel.
Protocolo de seguridad
Este año se ha contratado a un médico y todos los jugadores pasan un reconocimiento antes del torneo. También los árbitros, tres por categoría, uno más de lo habitual pese a la menor participación. En cada ronda, a los chicos se les toma la temperatura y se les entrega una mascarilla nueva, que deben usar, al igual que el gel desinfectante antes de entrar en la sala de juego. Durante las partidas no pueden darse la mano ni firmar la planilla del rival, como era habitual en la vieja normalidad. Asimismo, están obligados a utilizar el bolígrafo que les da la organización. En los servicios, no puede haber más de una persona a la vez.
La desinfección con ozono lleva su tiempo, por lo que se han suspendido los tradicionales campeonatos de partidas rápidas. El uso de la mascarilla es casi el único aspecto conflictivo. Andrés Pérez, médico contratado por la Federación, cuenta que solo han tenido unos pocos casos de chavales con asma o dificultades para respirar, lo que suele solventarse parando el reloj y acompañándolos fuera unos minutos, para que puedan relajarse con la mascarilla quitada.
La inmensa mayoría aceptó de buen grado todas las medidas, aunque un jugador fue castigado con dos minutos en su reloj por bajarse la mascarilla, pese a las reiteradas advertencias de los árbitros. El altercado solo se resolvió tras la llegada de su madre, avisada por la organización.
Luis Blasco, uno de los árbitros del torneo, aplaude el protocolo y cree que sería cien por cien efectivo si nadie saliera del hotel durante todo el torneo. En su opinión, la mejor noticia es que gracias a la ausencia obligada de padres, delegados y entrenadores en la sala, los chicos juegan más tranquilos. Otra cosa son los niños con necesidades educativas especiales: «Que jueguen al ajedrez es genial; que compitan a estos niveles, no tanto», asegura Blasco, también profesor habitual de chicos con TDAH.
El psicólogo Carlos Martínez se suma a la idea de limitar la entrada a los jugadores. Sus muchachos no se quejan de la mascarilla e incluso le han comentado que mantienen mejor la atención: «Están casi obligados a concentrarse, al no poder pasear y tener que permanecer todo el rato junto a su tablero», explica.
En el Hotel Suites de Salobreña, entretanto, es fácil ver a los padres seguir las partidas en el móvil, a familias enteras alrededor de un tablero y escuchar a dos chicas en la piscina cómo jugar la defensa francesa. Todos tocan madera para que nada altere la nueva normalidad del ajedrez en vivo. Si todo va bien, pronto empezarán los campeonatos de España por equipos (ya en Linares), el individual absoluto y el de veteranos.
Sin embargo, el CSD no ha considerado «oportuno» celebrar los campeonatos de España escolares por comunidades autónomas, ya aplazado varias veces.
Fuente: https://abcblogs.abc.es