Radiografía de un gran torneo
El auge de Kariakin, el potencial de Caruana y Giri, y la decepción de Nakamura marcan un hito
Por Leontxo Garcia
Los ocho candidatos posan junto a las autoridades durante la ceremonia de clausura, el pasado lunes en Moscú World Chess |
Serguéi Kariakin ha cumplido con la misión de revitalizar el ajedrez ruso, al triunfar en el Torneo de Candidatos de Moscú.
Las dos bazas de EEUU han fallado: Fabiano Caruana, por muy poco;
Hikaru Nakamura ha decepcionado. Holanda seguirá confiando mucho en
Anish Giri. La organización de Agon fue agridulce, y abre pequeñas
esperanzas, pero de momento con más fallos que aciertos. Son las
principales conclusiones de un torneo inolvidable.
Kariakin (1º, 26 años): Han pasado 14 años desde
que, a los 12, Kariakin deslumbró como niño prodigio. Después logró
algunos éxitos sonados (como la victoria en Wijk aan Zee 2009, Stavanger
2013 y 2014, 2º en el Candidatos 2014 y ganador de la Copa del Mundo
2015), pero no ese triunfo que marca una trayectoria y que por fin ha
llegado. No es un genio como Magnus Carlsen, pero sí un portento de
mente fría, técnica refinada y preparación excelente que ha sido muy
eficaz en casi todos los momentos críticos del torneo. El noruego,
fortísimo en todas las facetas del juego, partirá como favorito en Nueva
York en noviembre, pero con matices: si el aspirante encuentra la
manera de jugar que más incomode al campeón, el duelo puede ser
emocionante.
Caruana (2º-3º, 23 años): Su juego ha sido -junto al
de Aronián- el más rico en ideas, riesgo y frescura, pero algo no
evidente le falta para aprovechar sus posiciones ventajosas y repetir
hazañas que se acerquen a la que firmó en San Luis (EEUU) 2014. Dado que
su preparación es magnífica, exhibe un poder táctico excelso desde
niño, y ha mejorado mucho en el juego posicional durante los últimos
años, quizá la solución esté en trabajar su preparación física para
mejorar el rendimiento en las posiciones clave.
Anand (2º-3º, 46 años): Quienes aún se resisten a
quitarse el sombrero ante un pentacampeón del mundo que ha logrado ese
título en tres formatos diferentes, deberían ceder ya. El indio logró
una hazaña en 2014 al ganar el Candidatos con 44 años, y ha estado cerca
de conseguirlo otra vez a los 46, a pesar de que su fortaleza nerviosa y
sus reflejos ya no son los de antes. Tal vez hubiera estado aún más
cerca de la proeza si no se empeña en repetir la misma apertura de moda
en lugar de sorprender al rival con algo raro y confiar en su enorme
talento y experiencia. En cualquier caso, se consolida como uno de los
grandes de todos los tiempos.
Aronián (4º-7º, 33 años: Como en otros Torneos de
Candidatos, arrancó bien y falló en la segunda mitad. No hay duda alguna
de que su problema está en el ámbito de la psicología, y más
concretamente en cómo lograr que su enorme talento, sabiduría y
experiencia se traduzcan en resultados proporcionales. Si no ha
contratado todavía a un profesional especializado en esa faceta de la
alta competición debería hacerlo ya, como hacen muchos deportistas de
élite. En 2018 aún tendrá una edad idónea para triunfar, pero cada vez
será más difícil ante el vigor de los jóvenes astros.
Giri (4º-7º, 21 años): Si hubiera un premio especial
para el ajedrez más impecable técnicamente, sin valorar especialmente
la creatividad y el riesgo, sería sin duda para el joven holandés, autor
de catorce empates en catorce partidas. Sería deseable que la lección
aprendida en Moscú sea precisamente ésa: sin dosis razonables de riesgo y
creatividad no se puede ser campeón del mundo. Tampoco hay dudas de su
potencial para serlo algún día.
Nakamura (4º-7º, 28 años): La gran decepción. Su
talento, trayectoria y éxitos recientes, así como su gran mejoría
durante los últimos años en los puntos débiles de su juventud, le
convirtieron en el principal favorito previo, junto a Caruana. Pero ha
confirmado que su punto débil es un carácter inestable, con tendencia a
la bipolaridad, y eso no es fácil de arreglar, aunque todavía tiene edad
suficiente para intentarlo.
Svídler (4º-7º, 39 años): Alguien que ha ganado
siete veces el Campeonato de Rusia y ha logrado resultados más que
dignos en varios Torneos de Candidatos (incluido éste) merece pasar a la
historia como uno de los mejores jugadores de principios del siglo XXI.
De hecho, su clasificación podría haber sido mucho mejor porque
desperdició posiciones excelentes; entre ellas, una frente a Kariakin.
Además, cumplió bien con su deber patriótico al hacer tablas en las dos últimas rondas con Aronián y Anand, cuyos resultados podrían haber chafado el triunfo de Kariakin.
Topálov (8º, 41 años): Los pronósticos le
adjudicaban el último puesto y así ha sido porque, si bien mantiene un
estilo muy creativo, con partidas muy animadas, su grado de preparación y
motivación está varios peldaños por debajo de sus colegas de la élite.
Él ya ganó cuanto tenía que ganar, aunque su juego siga siendo muy
interesante.
Fuente: www.elpais.com