Por: Eduardo Bermùdez Barrera
Si se tiene en cuenta que el equipo masculino de Colombia, en la recientemente finalizada Olimpiada de Estambul 2012, presentó el promedio de ELO numérico más alto hasta ahora en cualquier participación de Colombia en las Olimpiadas de ajedrez con 2499, la colocación en el puesto 72 se podría considerar como una de las tres peores actuaciones del equipo masculino en la historia de las 27 participaciones en las cuales ha intervenido nuestra nación. Todos los tableros perdieron puntos en el escalafón ELO, si bien el GM Jaime Cuartas cumplió de manera aceptable en el primer tablero, el GM Alonso Zapata se consolidó como el jugador que, históricamente, más puntos ha aportado a la causa nacional pero también acumuló 45 derrotas, el máximo para un colombiano en estas justas en 12 participaciones olímpicas, constituyendo todo ello records de carácter agridulce para el ajedrez colombiano, el GM Sergio Barrientos cumplió con su cuota al ser el máximo anotador del conjunto nacional, pero se esperaba mucho más del MI Alder Escobar y del joven maestro Cristian Ríos, quienes con Zapata hicieron solo el 50 % enfrentando a una oposición promedio muy inferior a su ELO.
Uno de varios referentes objetivos para el para el análisis podría ser la posición ocupada dentro del concierto continental, puesto quince 15 de 30, una de las más bajas si se tiene en cuenta que nuestro país había logrado colocarse en varias ocasiones anteriores entre los primeros cinco países América. En Manila, 1992, por ejemplo, estuvimos en el segundo lugar continental entre 15 países americanos que asistieron, solo detrás de los Estados Unidos, aclarando que algunos países de América no llegaron a la cita olímpica filipina, Cuba entre ellos. En Niza, 1974, fuimos terceros dentro de aproximadamente una veintena de naciones americanas. En Novi Sad, 1990, nos ubicamos en cuarto lugar a nivel continental, también entre una treintena de países del llamado Nuevo Continente. De ese modo podemos adelantar como supuesto, que una buena actuación para Colombia debería ser colocarse entre los cinco primeros del continente, una actuación aceptable podría considerarse a una ubicación entre el sexto al décimo puestos como en las Olimpiadas de Calvià, 2004 y Tesalónica, 1988 (séptimos) y se estará por debajo de las expectativas cuando se quede más allá del puesto décimo y, por supuesto, quedar de 15 en el continente americano, está, muy por debajo del nivel y tradición colombianos en el mundo del ajedrez continental.
Pero hagamos un poco de historia y apoyémonos en la paginahttp://www.facebook.com/l/QAQEiiUgPAQH4sJt-_RnQWooDaFeI4FXpbYBCZwytgQIF1A/www.olimpbase.org/ para precisar los datos estadísticos y así recordemos que: para la primera participación olímpica en Ámsterdam en 1954, Colombia, si bien no ocupó un puesto destacado en la clasificación general, 18 entre 36 países, jugó 19 encuentros ganando 10, perdiendo 6 y empatando 3, para un rendimiento de 52.6 el lugar Continental aun no era de mayor significancia, al no existir todavía una nutrida participación americana como la de hoy día , pero el resultado fue satisfactorio cuando enfrentaron a los países de mayor tradición ajedrecística como los europeos.
En el vínculo que mostramos enseguida podrán ver en detalle todas las 27 actuaciones colombianas: http://www.facebook.com/l/3AQFsnaXJAQHGWmV_I-3f7cc4ygcH4BWSlhgr_-2v8Z9tig/www.olimpbase.org/teams/col_tea.html . Allí aparece que en Moscú 1956, Colombia no mejoró el porcentaje global de puntos pero mantuvo el puesto 18 entre 34 países, lo cual constituyó una mejora relativa sobretodo si se tiene en cuenta que se le ganó a naciones europeas con mayor cultura ajedrecística que nuestro país como: Alemania Oriental, Francia, Polonia y Noruega, el MI Luis Augusto Sánchez fue el mejor tablero de nuestra nación con un rendimiento de 63.2 % consiguiendo colocarse como el quinto mejor segundo tablero de la Olimpiada y mostrando gran calidad ajedrecística al vencer al rumano Ciocaltea en extraordinaria partida y al alemán Dittmann y empatar con jugadores como Pal Benko de Hungría y Plater de Polonia entre otros, perdiendo solo dos partidas de diecinueve . Es sabido que en los torneos por equipos la solidez de perder muy poco y sumar es fundamental para el éxito colectivo.
Para la olimpiada de Múnich, 1958, el equipo de Colombia logró un histórico triunfo al vencer a Hungría 3 a 1 en la fase preliminar y empatar 2 a 2 en las finales del grupo B, de las 8 partidas contra el fuerte equipo húngaro de 1958, Colombia ganó tres perdió solo una partida y tablas en las cuatro restantes, algo que sin duda quisiéramos emular hoy día. Luego llegó en la Olimpiada de Tel Aviv 1964, la primera medalla individual para Colombia obtenida por el ya entonces veterano MI Miguel Cuéllar quien realizó el 77.8 % de los puntos.
La siguiente medalla individual para Colombia en las olimpiadas de ajedrez la conquistó el MI Carlos Cuartas en Skopje, 1972, quien obtuvo la presea de bronce por su actuación al frente del tercer tablero logrando nueve victorias, ocho tablas y una sola derrota en dieciocho partidas, para un rendimiento del 72.2 % quedando en el cuadro de honor de dicha olimpiada al lado de grandes figuras del juego ciencia como el GM Lubomir Liuboievic, medalla de Oro y el excampeón mundial Vasily Smyslov, medalla de Plata.
En Niza, 1974, el MI Boris De Greiff, actuando como primer suplente logró quedar invicto y alzarse con la medalla de Plata individual acompañado del GM Velimirovic y solo por detrás del primer reserva del equipo Soviético, un tal Mikhail Tal, quien ganó el Oro. El maestro Boris volvió a ganar medalla, esta vez de Oro, en la olimpiada de Haifa, 1976, una vez más manteniéndose invicto como primer tablero reserva del equipo colombiano. Su racha de 22 partidas continuas sin perder en olimpiadas, sigue siendo el record para un colombiano en estos eventos orbitales.
Otras destacadas actuaciones, indispensables en un balance de una reseña histórica de la participación de Colombia en las olimpiadas de ajedrez, son, por ejemplo: la puntuación del GM Alonso Zapata en Bled, 2002, cuando defendiendo el primer tablero obtuvo 7 victorias de doce partidas sobresaliendo sus triunfos contra los GMs, Liuobievic, Kaidanov y Nisipeanu, logrando una performance de 2671 puntos. En Calvià, 2004, el Maestro, Miguel Mosquera, hizo norma de GM en una Olimpiada, algo hasta ese momento inédito para el ajedrez nacional, muy meritorio si se tiene en cuenta que le tocó enfrentar a ocho GMs defendiendo el primer tablero, entre los que venció se encuentran GMs como E. Rozentalis y el argentino Pablo Ricardi.
Para finalizar este comentario hemos de decir que en las Olimpiadas de 2008 y 2010 se dieron resultados exitosos dado que los más recientes colombianos que se graduaron de GMs, Jaime Cuartas y Sergio Barrientos, aprovecharon de gran manera la circunstancia especial que en las Olimpiadas se valida una norma de GM de 9 partidas como equivalente a 20. De ese modo Jaime Cuartas, en 2008, jugando en el primer tablero logró una performance de las mejores, sino la mejor de todas las actuaciones en la historia olímpica del ajedrez nacional al hacer 7.5 de 10 posibles con un Rp de 2679. Por su lado Sergio Barrientos aprovechó de manera inmejorable su oportunidad en 2010 al realizar 8.5 puntos de 11 posibles y cuajar otra de las mejores actuaciones para Colombia en las justas olímpicas.
Este breve recuento histórico de los más significativos logros del ajedrez olímpico colombiano muestra que sí hemos tenido y tenemos material humano para competir de manera exitosa, pero se ve que ha faltado la asesoría técnica adecuada para elevar el nivel, ya que como Colombia no ha tenido jugadores de élite mundial, para subsanar esa falencia nuestra, FECODAZ nunca se ha interesado en contratar jugadores veteranos que hayan sido de la élite mundial para que contribuyan, con sus especiales conocimientos y su inestimable experiencia competitiva, a mejorar la comprensión del juego de las jóvenes y promisorias figuras ajedrez nacional.