El ‘Roland Garros’ del ajedrez es una prueba muy exigente para que el ‘número uno’ cumpla su objetivo de acercarse a los 2.900 puntos
por Leontxo García
Maghsoodloo y Niemann durante su partida del Mundial de Rápidas en Almaty, a finales de 2022David Llada |
Magnus Carlsen sabe que llegar desde sus 2.859 puntos actuales a los 2.900 en la lista mundial (equiparable a saltar más de diez metros en longitud) roza lo imposible porque obliga a no fallar durante varios torneos consecutivos. La 85ª edición del Festival Tata en Wijk aan Zee (Países Bajos) es desde este sábado una oportunidad magnífica en teoría matemática, porque el altísimo nivel de sus rivales puede ayudarle a subir. Pero también un reto mayúsculo porque los siete peor cotizados (en una liga de catorce) son jóvenes estrellas hambrientas de gloria.
“Sé que mi objetivo es extremadamente difícil. Pero yo necesito grandes retos para motivarme, y este es enorme”, ha explicado Carlsen en diversas entrevistas. Y cabe añadir que ahora necesita esa meta más que nunca porque ha renunciado a defender su título en ajedrez clásico (acaba de quedar campeón del mundo en las modalidades de partidas rápidas y relámpago) por miedo a perder frente a rivales que él considera claramente inferiores, como causa principal. Ser el número uno indiscutible con la mayor diferencia posible sobre los demás es, por tanto, una necesidad profesional y psicológica, y una motivación adicional a la de superar la barrera de los 2.900 puntos Elo.
Para mantener su Elo actual frente a unos rivales cuya media de Elo es 2.732, Carlsen necesita 9 puntos en 13 partidas; por ejemplo, cinco victorias y ocho empates. Por cada medio punto más que logre a partir de ahí, ganará unos 5 en la lista mundial. En coherencia con su muy ambicioso objetivo, el multicampeón se dará por satisfecho si logra diez o más puntos, lo que implica, por ejemplo, siete victorias y seis empates, si logra permanecer invicto en trece rondas frente a rivales de postín.
Todos lo son. Especialmente, los seis ya consagrados: Liren Ding (China, 2º del mundo, 30 años); Fabiano Caruana (EEUU, 6º, 30); Anish Giri (Países Bajos, 7º, 28); Wesley So (EEUU, 8º, 29); Richard Rapport (Rumanía, 15º, 26); y Levón Aronián (EEUU, 17º, 40). De los ocho mejores del mundo faltan: el ruso Ian Niepómniashi (32 años), quien prefiere concentrarse en la preparación del duelo por el título con Ding previsto para abril; el francés de origen iraní Alireza Firouzja (19), enfadado con los organizadores por un incidente acaecido en 2021; y el estadounidense Hikaru Nakamura, quien desde la pandemia dedica más tiempo y energía a su faceta de streamer que a la de jugador de élite.
Pero es probable que los rivales más agresivos frente al escandinavo sean los siete más jóvenes, por su ambición y porque tienen mucho menos que perder. Y todos son de armas tomar: los indios Dommaraju Gukesh (24º, 16), Arjun Erigaisi (26º, 19) y Rameshbabu Praggnanandhaa (52º, 17) asombran desde niños y son las luces más brillantes del auge del ajedrez en el subcontinente al calor de los éxitos de Viswanathan Anand; el iraní Parham Maghsoodloo (29º, 22) no es tan genial como Firouzja pero sí muy temible; el uzbeko Nodirbek Abdusattórov (30º, 18), campeón del mundo de rápidas en 2021 y medalla de oro con su país en la Olimpiada de Ajedrez de 2022; el alemán Vincent Keymer (43º, 18), quien hace solo dos semanas fue una de las grandes sensaciones en los Mundiales de Rápidas (subcampeón) y Relámpago (13º de 176); y el neerlandés Jorden Van Foreest, sorprendente ganador de Wijk aan Zee en 2021, superando a Carlsen, Firouzja y Caruana, entre otros.
Las partidas empiezan cada día a las 14.00 en Wijk aan Zee (10.00 en Buenos Aires; 08.00 en Bogotá; 07.00 en Ciudad de México), excepto la última ronda (día 29), dos horas antes, con tres jornadas de descanso (días 18, 23 y 26). Y pueden seguirse en directo, con comentaristas, en diversas plataformas.
El Festival Tata, patrocinado por una multinacional de acería que compensa así a los habitantes de Wijk aan Zee por la contaminación que produce, suele reunir a más de mil ajedrecistas de muy diferentes categorías y edades a lo largo de dos semanas en este pueblo del Mar del Norte. En el torneo B (Challengers), hay tres jugadores especialmente atractivos por su juventud y gran talento: el iraní Amin Tabatabaei (21 años), reciente triunfador en el abierto Llobregat; el uzbeko Javojir Sindárov (17), partícipe del oro olímpico; y el estadounidense Abhimanyu Mishra (13), flamante poseedor de la nueva marca de precocidad en el título de gran maestro (12 años, 4 meses, 25 días).
En el torneo principal también se puede considerar como importante la ausencia del controvertido estadounidense Hans Niemann, de 19 años, quien ha demandado a Carlsen por cientos de millones de dólares después de que el noruego lo acusase sin pruebas de hacer trampas en la partida entre ambos del 4 de septiembre en San Luis (EEUU), que perdió Carlsen. Los números justificarían una invitación a Niemann porque sus 2.706 puntos (35º del mundo) le sitúan por delante de Keymer, Praggnanandhaa y Van Forest, además de garantizar una mayor atención mediática. Pero es muy probable que Carlsen se negase a jugar si estuviera Niemann.
Fuente: https://columnadigital.com/festival-tata-en-wijk-aan-zee