Por Dr. Uvencio Blanco Hernández
Se aproximan los Juegos Olímpicos
de Verano Tokio 2020. Los mismos habían sido pospuestos hasta este año, para
las mismas fechas y lugares, debido a la pandemia de coronavirus que afecta al
mundo. Lastimosamente, allí ni en Paris 2024, estará presente el ajedrez; por
lo que deberá continuar en su lucha por ingresar al Programa de los Juegos
Olímpicos, independientemente que estos sean de verano o de invierno. La
segunda parte del artículo por Dr. Uvencio Blanco. | Foto: Nadja Wittmann
(ChessBase)
- De cara a los Juegos
Olímpicos de Tokio, la AMA mantiene la sospecha de que algunos
laboratorios estarían interesados en producir procesos –ajustados a la
ingeniería genética- con el fin de coadyuvar al mejoramiento del desempeño
deportivo en atletas de especialidades como el atletismo, la natación y la
halterofilia, entre otros.
- Precisamente, en los últimos dos años y por el tema del
coronavirus, hemos visto como ha crecido el conocimiento en torno a
mutaciones en los virus, la fabricación de vacunas y su impacto sobre la
salud y sociedad en general.
- Antes de ofrecer una opinión respecto a la factibilidad de
dopaje genético en ajedrecistas, haremos un breve repaso sobre la
terminología básica y algunas interrogantes, que nos permitan comprender
mejor algunos contenidos de este dominio.
El control del dopaje en los JJ.OO. de Japón
En Japón y dadas las medidas excepcionales que
han sido tomadas para garantizar la mayor “normalidad” posible para el
desarrollo de esta gran fiesta del deporte mundial, la organización y
científicos de las más diversas ramas de la medicina, estarán monitoreando la
salud de los participantes; mientras que los equipos de Control Antidopaje lo
harán sobre posibles usos y abusos de sustancias y métodos prohibidos en el
deporte. Esto ocurre porque el Comité Olímpico Internacional (COI), regido por
los postulados fundamentales del movimiento olímpico y la Carta Olímpica, y la
Agencia Mundial Antidopaje (AMA), regida por su Código Mundial Antidopaje y
después de haber desentrañado el caso Rusia, han ratificado que aplicarán –con
rigor- su política de tolerancia cero al dopaje; en cualquiera de sus formas.
De tal manera que, en esta oportunidad y ante el
creciente avance de la tecnología, uno de tales métodos, el dopaje genético,
estará entre los objetivos más buscados. En este sentido, AMA mantiene la
sospecha de que algunos laboratorios estarían interesados en producir procesos
–ajustados a la ingeniería genética- con el fin de coadyuvar al mejoramiento
del desempeño deportivo en atletas de especialidades como el atletismo, la
natación y la halterofilia, entre otros.
Antes de ofrecer una opinión respecto a la
factibilidad de dopaje genético en ajedrecistas, haremos un breve repaso sobre
la terminología básica y algunas interrogantes, que nos permitan comprender
mejor algunos contenidos de este dominio.
Algunos conceptos fundamentales
En el caso que nos toca, el dopaje genético,
vamos al encuentro de una definición básica de Genética: el área de la biología
que se encarga de estudiar el mecanismo de la trasmisión –a través de los
genes- de los caracteres físicos, bioquímicos o de comportamiento de generación
a generación. En otras palabras, la Genética como ciencia, estudia la manera en
que los rasgos de individuos de una misma especie son transmitidos o heredados.
Cuando hablamos de genes o gen, nos estamos
refiriendo a la unidad fundamental de la herencia. En el sentido clásico ocupa
una posición específica o "locus" en el genoma, en un cromosoma
específico. Se trata de una sección de ADN (siglas del Acido
desoxirribonucleico), cuya secuencia de nucleótidos constituye la información
genética. Esta información determina la síntesis de una molécula de proteína o,
en casos especiales, de ARN de trasferencia o de ARN ribosómico.
Es importante conocer que los genes pueden mutar
y dar origen a diferentes alelos. En tal sentido, se reconocen tres clases de
genes. Los genes estructurales, que se transcriben a ARN mensajero, que, a su
vez, se traduce en cadenas de polipéptidos; aquellos genes que se transcriben
en moléculas de ARN ribosómico y ARN de transferencia que son usados
directamente y; los llamados genes reguladores, que no se transcriben, sino que
sirven como sitios de reconocimiento para las enzimas y otras proteínas
involucradas en los procesos de replicación, restricción, modificación,
recombinación, transcripción y de reparaciones del ADN.
Precisamente, en los últimos dos años y por el
tema del coronavirus, hemos visto como ha crecido el conocimiento en torno a
mutaciones en los virus, la fabricación de vacunas y su impacto sobre la salud
y sociedad en general.
Ahora vamos hasta el concepto de genoma: el cual
involucra a un conjunto de material genético presente en una célula dada; sea
de origen animal o vegetal. Este término también se usa para referirse a todos
los genes presentes en un gameto específico.
Llegados a este punto, pudiéramos preguntarnos si
es posible manipular el genoma de un deportista para mejorar su rendimiento.
Con base en la tecnología actual, la respuesta es positiva.
Algunas investigaciones sugieren que el genoma
humano está constituido por unos 30 mil genes; de los cuales se estiman en más
de 200 los relacionados con el rendimiento deportivo. De allí que si se puede
introducir material genético en el cuerpo humano y así aumentar o disminuir la
producción de una determinada sustancia que pudiera generar beneficios en el
desempeño de un deporte en particular.
En “La irresponsabilidad de jugar a ser dioses”
nos planteamos:
¿Esto es posible? Acaso ¿ha sido abierta la Caja
de Pandora? Por la información que nos llega, sí. Estamos hablando de
manipulación del genoma humano mediante terapia o ingeniería genética; de los
avances de la biotecnología, de los Ciborgs y otros “seres” antes aparecidos
solo en películas o novelas de ficción. De biomateriales y el dopaje mecánico a
través de máquinas que ahora se encuentran bajo sospecha de infracción del
Código; equipamiento tecnológico de última generación mediante el cual es
difícil saber hasta dónde llega la mejora y dónde comienza el dopaje; situación
esta que amenaza al ajedrez, los llamados deportes electrónicos y los
videojuegos. Hechos que van más allá de lo conocido como “dopaje clásico” con
sustancias y demás hierbas y se adentran en curiosas situaciones donde el
dopado no es el deportista sino su máquina o pc.
Blanco, U. 2020.
Siendo así, ¿en qué consiste la manipulación
genética, aplicada al deporte?
El dopaje genético es el uso no terapéutico de la
terapia génica para mejorar el rendimiento atlético. Esto se consigue mediante
la introducción de un gen artificial en el cuerpo que modifica la expresión
génica. Efectivamente, se denomina terapia génica o genética, a la
transferencia de material genético por medio de vectores a determinados tejidos
o células para el tratamiento o prevención de una enfermedad o trastorno.
Entonces, la transferencia génica es la
incorporación, en una célula, de un gen o fragmento de material genético de
manera artificial. Este procedimiento se puede realizar de diferentes formas;
entre los métodos de aplicación, debemos distinguir la transferencia ex vivo
cuando los genes se transfieren a células en cultivo extraídas del individuo y
son reincorporadas posteriormente al organismo y la transferencia in vivo
cuando los genes se transfieren directamente al sujeto de estudio, por vías
intravenosa, intramuscular o intradérmica, por ejemplo.
En un sentido más amplio, la terapia génica
implica el uso clínico de productos obtenidos por medio de ADN recombinante
para modificar las células somáticas.
Su principio básico se fundamenta en la
introducción de un gen terapéutico en el interior de una célula, en la que su
DNA carece del gen o el mismo está dañado. Está orientada no al diagnóstico
sino a la cura de las enfermedades. Su crecimiento ha sido posible gracias a la
confluencia de los avances del conocimiento en campos como biología molecular,
genética, virología, bioquímica y biofísica, entre otras áreas del
conocimiento.
¿Qué ejemplos destacables de transferencia
génica se han logrado en humanos?
Entre los ejemplos de transferencia génica que se
han logrado con éxito en humanos podemos destacar los siguientes:
- la transferencia de hepatocitos modificados para expresar los
genes de los receptores de lipoproteínas de baja densidad (LDL). Dichos
receptores muestran defectos en los pacientes que sufren de
hipercolesterolemia familiar;
- la transferencia de células epiteliales de las vías
respiratorias modificadas para expresar el regulador de la conductancia transmembral
de los iones cloruros. Dicho regulador presenta anomalías en la fibrosis
cística.
En relación con el deporte ¿qué riesgos pudieran
estar asociados a la terapia genética?
La terapia genética es un emocionante y
prometedor paso adelante en la investigación médica, pero es un ambiente en el
cual donde se puede abusar de ella, Es evidente que su mal uso para aumentar la
capacidad deportiva supone una grave amenaza para la integridad del deporte y
para la salud de los deportistas.
En términos generales ¿cuál es el mecanismo
mediante el cual se desarrolla un proceso de dopaje genético?
De una forma sencilla podemos afirmar que, con el
objeto de introducir material genético en el núcleo de una célula particular,
usualmente se emplean vectores que son virus modificados genéticamente para que
sirvan de transportadores de dicho material; pero con la condición de que no
sean capaces de replicarse. La regeneración de la célula dañada, se puede
efectuar “in vivo”, dentro del propio organismo o “ex vivo” se extrae la
célula, se repara, y se reintroduce.
¿La AMA prohíbe la terapia génica en el deporte?
No. La AMA acepta algunos tipos de terapia
genética médica, siempre y cuando no mejoren significativamente la destreza
atlética. De hecho, está totalmente en contra de la utilización de la
transferencia genética como un instrumento para mejorar el rendimiento de un
atleta Desde su visión, la mejora del rendimiento implica un cambio positivo
más allá del retorno a la normalidad, aunque comprende que esto no siempre es
fácil de demostrar de forma definitiva.