por Uvencio Blanco Hernández
FIDE es signataria del Código
- La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), en tanto ente rector del ajedrez mundial, se ha apegado a los protocolos antidopaje liderados por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)
- El pasaporte biológico “es la recopilación de los parámetros fisiológicos de un deportista, mediante varios análisis de sangre y orina a lo largo de un periodo de tiempo. El mismo, comprende dos módulos: el Hematológico y el Endocrino (el cual, incluye a su vez el Esteroideo)”.
- El dopaje deportivo se ha convertido en un problema social y
como tal debe ser comprendido; una situación recurrente que afecta la
salud de nuestros jóvenes deportistas y por ende a la sociedad toda. Si
este problema no es resuelto por nosotros mismos, entonces, nosotros
somos el problema.
Debido al interés de FIDE por ingresar en la familia del COI y como requisito previo del máximo ente del deporte mundial, el ajedrez decidió sumarse como signatario del Código en el año de 1999. Este organismo debió establecer una política interna contra el dopaje; por lo que inició o un programa de controles en sus eventos más importantes. Evidentemente esto no sucedió porque lo considerara necesario, sino porque el ajedrez fue reconocido como un deporte por el Comité Olímpico Internacional, y este último exigió el cumplimiento obligatorio de las normas que prohíben el uso de sustancias y métodos prohibidos.
En su reunión de la Junta Presidencial del 7 al 10 de noviembre de 2014, celebrada en la ciudad de Sochi - Rusia, la FIDE adoptó el Código Mundial Antidopaje ("Código"); posteriormente revisado en 2015. Entonces, la normativa antidopaje aparecida en el Código fue adoptada e implementada con base en las responsabilidades propias de la FIDE, en tanto organización deportiva internacional, y en apoyo de los esfuerzos continuos que venía desarrollando la misma FIDE para erradicar el dopaje en el deporte. Entre los elementos más novedosos del Código está el “pasaporte biológico”
El pasaporte biológico
Según la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD), el pasaporte biológico “es la recopilación de los parámetros fisiológicos de un deportista, mediante varios análisis de sangre y orina a lo largo de un periodo de tiempo (normalmente, 5 o 6 analíticas). Este pasaporte comprende dos módulos: el Hematológico y el Endocrino (que incluye a su vez el Esteroideo)”. Luego que estos módulos son registrados, a estos datos se les aplica un algoritmo matemático que determina cuál será el perfil.
Ya hemos visto que el "pasaporte biológico" es un sistema que establece las propiedades y variables en la sangre de los atletas, tras una serie de chequeos por sorpresa y que almacena la información electrónicamente. El objetivo es determinar los valores naturales de la sangre de los atletas y esperar que apareciera una anomalía para sospechar de un posible dopaje.
El propósito de este pasaporte es equipar a las Organizaciones Antidopaje con un marco sólido y viable desde el cual puedan: usar datos biológicos con vistas a la realización de Controles Dirigidos inteligentes, y perseguir las infracciones de las normas antidopaje de acuerdo con el Artículo 2.2. (Uso) del Código.
El pasaporte pretende demostrar que un Deportista está manipulando sus variables fisiológicas sin necesidad de que se produzca la detección de una Sustancia Prohibida o Método Prohibido en particular. No sustituye a los métodos de Control tradicionales, sino que complementa a los métodos analíticos para refinar y fortalecer el conjunto de las estrategias antidopaje.
En cuanto al origen del pasaporte biológico, se considera que el uso de marcadores biológicos comenzó a principios de los años 80, para detectar la presencia de esteroides anabolizantes en la orina de los atletas. En 1997, la UCI (Unión Ciclista Internacional) y la Federación Internacional de Esquí introdujeron marcadores sanguíneos para determinar el abuso de EPO, que era indetectable por medios directos en ese tiempo. A partir de 2002 se empieza a utilizar el término “pasaporte biológico” y en 2008 fue aprobado definitivamente. En este mismo año, el ciclismo fue el primer deporte en implementarlo para luego generalizarse en otros como el atletismo, el fútbol y el tenis, comenzaran a utilizar el pasaporte biológico, que también se incluyó a partir de los Juegos Olímpicos en Londres 2012.
La AEPSAD afirma que “hoy en día se crean nuevas drogas y sustancias dopantes a un ritmo sin precedentes. Algunas de ellas son sumamente indetectables y desaparecen del cuerpo sin dejar rastro en menos de 24 horas. Hasta que se logra el desarrollo y aplicación de un test válido para descubrirlas, pueden pasar años. Por estas razones, el pasaporte biológico es para muchos una excelente alternativa para garantizar el juego limpio en el deporte de élite, ya que está basado en la estabilidad fisiológica del cuerpo humano y los marcadores biológicos seguirán siendo válidos durante décadas.
Su pasaporte biológico, por favor…
Imaginemos que un ajedrecista está ingresando a la sala de juego y el director del torneo o el árbitro principal, se dirige a él en los siguientes términos: su pasaporte biológico, por favor. Evidentemente el ajedrecista se mostrará confundido y sin saber que responder; en buena parte porque en nuestro deporte el tema dopaje sigue viéndose como un asunto exótico y, por lo tanto, poco estudiado. Así mismo, el tema “pasaporte biológico, es aplicado más ampliamente en deportes como el atletismo, futbol, ciclismo, tenis, natación y halterofilia; no en el ajedrez u otros e-Sports.
En realidad, el pasaporte biológico es documento electrónico e individual en el cual se refleja el seguimiento médico a cada uno de los atletas registrados y se evalúa la progresión de los resultados de cada atleta.
En dicho documento, los parámetros sanguíneos de un deportista –en nuestro caso, un ajedrecista- pueden verse alterados por múltiples factores: un vuelo de larga duración, una anemia, un esfuerzo prolongado, entrenarse en altitud, etc. Sin embargo, siempre seguirán dentro de los márgenes de seguridad establecidos en su pasaporte biológico. En cambio, si se le ha administrado eritropoyetina (EPO), una transfusión de sangre o una sustancia dopante, las variaciones sí sobrepasarán claramente los límites normales.
AEPSAD considera que “mientras que los controles convencionales sólo detectan las sustancias no permitidas en la sangre o en la orina, el pasaporte biológico detecta los efectos causantes del dopaje y permite observar los cambios que se producen en su organismo.
El pasaporte biológico es una herramienta importantísima y altamente confiable en la lucha antidopaje en el deporte. La AMA estima que mediante su aplicación intenta identificar grupos sospechosos de algunas trazas metabólicas o marcadores biológicos que no pueden ser causados o no pueden ser explicados por otros medios que el dopaje. En principio esto se aplica a los marcadores del sistema hematológico, pero se extiende a la endocrinología y a otros órganos.
Por sus consecuencias, el dopaje deportivo se ha convertido en un problema social y como tal debe ser comprendido; una situación recurrente que afecta la salud de nuestros jóvenes deportistas y por ende a la sociedad toda. Si este problema no es resuelto por nosotros mismos, entonces, nosotros somos el problema.
Fuente
- Blanco, U. (2020) “Dopaje y trampas en el ajedrez”
- AEPSAD