Carlsen, Krámnik, Caruana y Nakamura, a casa
Vachier-Lagrave, Aronián, So y Grischuk, únicos favoritos que pasan a octavos de final
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Sería interesante saber si Magnus Carlsen sostiene hoy su 
polémica y sorprendente propuesta de hace dos años: que el Campeonato 
del Mundo se dispute por eliminatorias cortas, como la Copa del Mundo 
que se juega ahora en Tiflis (Georgia). El campeón, el excampeón 
Vladímir Krámnik, Fabiano Caruana y Hikaru Nakamura se unen a 
Viswanathan Anand, Shajriyar Mamediárov y Serguéi Kariakin en la lista 
de estrellas eliminadas.
Carlsen
 arguyó la igualdad de oportunidades para todos, incluido el campeón 
vigente. Pero si se pretende que el campeón del mundo sea el mejor 
jugador en ese momento, el formato de eliminatorias a dos partidas no es
 apropiado, porque la probabilidad de cometer un solo error que conlleve
 la eliminación es muy alta. En ese caso, el ajedrez se parecería al 
ciclismo, cuyo Campeonato del Mundo es una prueba de un solo día, mucho 
menos importante que el Tour, el Giro o la Vuelta. Son numerosos los 
aficionados que no recuerdan quién es el vigente campeón.
Pero el mejor argumento está en el ajedrez femenino. La 
Federación Internacional (FIDE) tuvo la ocurrencia de alternar dos 
sistemas: los años pares, el Mundial es como el absoluto, y termina con 
un duelo; los impares es como la Copa del Mundo, que cambia de nombre y 
se llama Campeonato del Mundo. El resultado es que la mejor jugadora con
 gran diferencia sobre las demás, la china Yifán Hou, no es la campeona;
 primero no lo fue porque la eliminaron, como ayer a Carlsen, y ahora 
porque ni siquiera juega el Mundial, harta ya de tanta incoherencia.
La idea de Carlsen sí funcionaría en el tenis, donde los 
grandes torneos también son por eliminatorias, a un partido, y las 
grandes estrellas llegan casi siempre a las rondas finales. La clave 
está en que en tenis no existe el empate. Si el jugador que no es 
favorito gana el primer set, puede jugar a la defensiva el segundo, pero
 lo probable es que lo pierda, y también el tercero. Por el contrario, 
la probabilidad de que Carlsen ganase a Bu la segunda partida tras haber
 perdido la inicial era mucho menor, estadísticamente, porque dos de los
 tres resultados posibles favorecían al chino.
Otra cosa es que se valoren las ventajas de este formato 
para que cada dos años haya un torneo -la Copa del Mundo, no el 
Campeonato del Mundo- muy atractivo, emocionante, lleno de sorpresas, 
que da a muchos jugadores que no son estrellas la posibilidad de ganar 
mucho dinero. Sin duda, eso es positivo para el ajedrez profesional y 
tiene cierto atractivo para los medios, pero lo que propuso Carlsen va 
mucho más allá.
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No pocos grandes maestros emplean la palabra “lotería” 
cuando hablan de la Copa del Mundo, que además da dos plazas para el 
Torneo de Candidatos; el próximo, según se ha anunciado hoy mismo, se 
jugará en Berlín del 9 al 28 de marzo. De momento, el bombo ha dejado ya
 fuera a seis de los diez primeros del mundo en sólo tres rondas. En las
 partidas lentas de los dieciseisavos de final cayeron Carlsen, Krámnik y
 Nakamura, ante Bu, Ivanchuk y Fedoséiev. Y en las rápidas, Caruana, 
ante Nájer.
Estos son los emparejamientos de octavos de final: 
Bu-Svídler, Vachier Lagrave-Grischuk, Ivanchuk-Giri, Dúbov-Aronián, 
So-Jobava, Fedoséiev-Rodshtein, Najer-Rapport y Hao Wang-Liren Ding.
Fuente: www.elpais.com
 

