Nakamura aprende de la forma más cruel la regla básica del ajedrez
Nakamura perdió ayer una partida dramática en la sexta ronda del Torneo de Candidatos,
que se juega en Moscú. «Pieza tocada, pieza jugada», dice la sabiduría
popular, condensando en cuatro palabras el artículo 4.3 de las leyes del ajedrez. Después de una heroica defensa y de algunas imprecisiones de su rival, Levon Aronian,
el estadounidense de origen japonés tocó su rey en un final en el que
justo cualquier movimiento del monarca lo llevaba a una derrota
inmediata. Hikaru trató de disimular con el clásico «compongo» (j’adobe),
que se dice cuando un jugador acomoda alguna pieza en el centro de su
casilla, pero el armenio dejó claro que no se iba a dejar engañar y el
árbitro le dio la razón. Fue una manera bastante tonta y humillante de
perder, sobre todo por el intento posterior de hacer «trampas». Nakamura
ni siquiera compareció en la rueda de prensa. Queda casi descartado
como vencedor (no podrá retar al campeón, Magnus Carlsen) y con su imagen algo dañada.
Esta fue la secuencia completa de lo ocurrido en el momento crítico de la partida entre Aronian y Nakamura:
En este caso, la acción de Nakamura fue tan evidente que apenas pudo
hacer un amago de resistirse, pero no es la primera vez que ocurre algo
así en una partida entre grandes maestros, circunstancia que cualquier
aficionado habrá sufrido. El vídeo es claro y los comentarios (y el
asombro) de la excampeona del mundo Alexandra Kosteniuk corroboran esa impresión.
Parece increíble que pueda ocurrir algo así en una partida de este nivel, pero con Nakamura llueve sobre mojado. Ian Nepomniachtchi, en efecto, celebró en Twitter el error del estadounidense, ya que ambos tuvieron una disputa similar en la Copa del Mundo de 2015.
«Por fin se las arreglan para enseñar a Nakamura la regla de la pieza
tocada. ¡Menudo drama!», escribió el ruso con ironía. En la disputa
entre ambos, en la partida de desempate definitiva, el llamado
Armageddon, Nepo reclamó al árbitro por dos circunstancias diferentes. Aseguraba que Naka
había tocado varias piezas antes de mover otras, en varias ocasiones
además, y protestó porque también había realizado el enroque con las dos
manos, algo que el reglamento tampoco permite. Entonces se generó una
polémica sobre la capacidad de los árbitros para intervenir cuando ven
una irregularidad, sin necesidad de esperar la reclamación del
contrario, como hacen a menudo.
Más conocida aún fue la «anécdota» entre Judit Polgar y Garry Kasparov,
en Linares, en 1994, cuando el ruso soltó su caballo en una casilla,
aunque fuera durante una décima de segundo (el vídeo lo demostró) antes
de volverlo a coger y llevarlo a otra. La húngara era muy joven y el
campeón del mundo se salió con la suya, después de su demostrada
irregularidad, más o menos perdonable por la tensión del momento. Antonio Gude recordaba en su blog el nuevo caso de «la mano de Dios».
Por lo demás, el Torneo de Candidatos no ha perdido la emoción. Anand descuartizó a Svidler
y se vuelve a acercar a la cabeza, que comparten Aronian (gracias al
regalo de Nakamura) y Karjakin, que volvió a demostrar su excelente
momento de forma con una defensa numantina ante Caruana. Por la parte de abajo, Nakamura y Topalov, pese a la demostrada valentía del búlgaro, parecen descartados para el triunfo final.
Fuente: http://abcblogs.abc.es/