Cuando asistimos a nuestros alumnos
durante una competición o bien cuando estamos imparténdole alguna
clase, debemos analizar junto a ellos las partidas que han jugado.
Muchos monitores o entrenadores realizan ese trabajo “con el piloto
automático”, sin un método claro de los pasos a seguir.
Sencillamente se sientan frente al alumno y comienzan a pasar las
jugadas en el tablero, comentando los posibles errores e ilustrando
cómo debería haberse jugado. Tal vez en ciertos momentos
preguntando el por qué realizan ciertas jugadas. No quiero decir que
esto esté mal, ni criticar la labor que realizan muchísimos
pedagogos del ajedrez, tan sólo quisiera compartir en este artículo
el método que he ido desarrollando con los años para que la tarea
de analizar las partidas con los alumnos sea lo más provechosa y
didáctica posible. Todo desde mi opinión personal, dando por hecho
que puedan existir otros métodos útiles y efectivos.
Primero indicar que es sumamente
preferible que el alumno no haya analizado antes la partida por su cuenta, usando módulos de análisis.
- ANALIZAR LA PARTIDA INMEDIATAMENTE DESPUÉS DE QUE SE DISPUTE.
Evidentemente esto no siempre es
posible, pero sí que es muy recomendable. El alumno tendrá las
ideas frescas, sabrá por qué hizo tal o cual jugada, podrá
comentar sus temores, planes, ideas, e incluso variantes que ha
calculado.
- PREGUNTAR AL ALUMNO POR QUÉ CREE QUE HA PERDIDO (O GANADO).
Antes de comenzar a ver las partidas es
importante que el alumno nos comente, a grandes rasgos, los motivos
por los que cree que ha perdido (ganado o empatado) la partida. Esto
puede ser muy revelador para el monitor, y seguramente podemos
llevarnos más de una sorpresa. En muchos casos el alumno confunde
los motivos por los que se ha llegado al resultado final. En
infinidad de ocasiones atribuirá su derrota al último error
cometido, especialmente en niveles más básicos.
Con frecuencia nos encontraremos con
respuestas del tipo “me he dejado mate...” sin valorar que sus
problemas comenzaron, por poner un ejemplo, cuando creó alguna
debilidad en su rey; o por ejemplo nos encontraremos con una
respuesta del tipo “me he dejado una pieza...” sin valorar que
todo se vino abajo por mantener demasiadas piezas indefensas en su
posición.
Hacer esta pregunta nos permitirá tras
la partida entender si el alumno ha captado realmente los motivos de
su derrota, si ha asimilado los conceptos importantes que lo llevaron
a perder.
- ANALIZAR LA PARTIDA SIN INCLUIR VARIANTES LARGUÍSIMAS.
Es importante que el alumno nos enseñe
las variantes que calculó, para que podamos ver si ese cálculo ha
sido correcto o no. Pero con frecuencia veo como el análisis de una
partida con un alumno se convierte en otra partida que de pronto
comienzan a disputar profesor y pupilo a partir de cierta posición
de la partida. No creo que ese sea el mejor método. El tiempo que
empleamos en el análisis debe ser lo más productivo posible para el
alumno. Debe contener, como hablaremos en el siguiente punto, las
cuestiones generales más importantes de la partida. Largas variantes
que no llevan a ningún sitio claro o que no muestran una idea
importante, deberían ser obviadas.
Como anécdota comentaré como en
cierto Campeonato de Europa vi como un gran maestro analizaba la
partida de un sub10. Pronto se acercó otro gran maestro, que formaba
parte de la plantilla de entrenadores de la misma selección. En una
de las posiciones que alcanzaron los entrenadores comenzaron a ver
cómo podría haberse jugado a partir de ahí. Uno de ellos movía y
el otro respondía. El niño miraba el tablero sin entender
demasiado. Ellos seguían moviendo, ignorando al pequeño, realizando
jugadas en lo que se había convertido en un “pique” entre ellos
a partir de la posición del niño. No es difícil entender que poco
pudo aprender el jugador de esos análisis.
- DESTACAR LAS IDEAS GENERALES MÁS IMPORTANTES QUE VAN APARECIENDO EN LA PARTIDA.
Un buen monitor o entrenador debe tener
buena capacidad de síntesis y debe tener la capacidad de ver qué
conceptos erróneos hay detrás de una mala de jugada. Normalmente
esos conceptos se pueden explicar con palabras y no necesariamente
con variantes. No basta con decir “esta jugada no es buena...era
mejor esta otra...” sencillamente porque el alumno no aprende nada
especial, y de hecho difícilmente pueda volver a enfrentarse a una
posición idéntica. Y el concepto que explicamos debe llevarnos a la
verdadera raíz de la imprecisión, al germen del error. Mostremos un
ejemplo simple:
Estamos revisando la partida de un
alumno y nos encontramos con que nuestro pupilo ha movido su caballo
de f6 a h5, amenazando el alfil de f4, como puede verse en el
diagrama. Las negras pierden el caballo tras Db5+.
Nosotros podríamos indicarle
simplemente que esa no es una buena jugada, que era mejor enrocar.
Sin embargo no sería suficiente, no estamos llegando a la raíz del
error, ni estamos aportando ningún concepto importante.
Podríamos decirle que era mejor
enrocar, porque hay que alejar el rey del centro y ponerlo en lugar
seguro cuanto antes. Algo es algo, pero no es suficiente. Nuestro
mensaje debe contener todas las claves importantes que seamos capaces
de transmitir.
Del error que vemos en tan sólo una
jugada, se pueden sacar diferentes detalles y conceptos que sean
útiles en el futuro para nuestros alumnos. Creo que lo más acertado
sería detallarle las siguientes ideas:
- Hay que enrocar cuanto antes para evitar posibles amenazas que nos pueden crear con nuestro rey en el centro. Mientras no hayamos enrocado debemos estar muy atentos a los posibles jaques y amenazas que nos pueden crear contra nuestro rey.
- Mover dos veces o más la misma pieza en la apertura no suele ser aconsejable. Debemos poner todas nuestras piezas en juego cuanto antes.
- El ideal es que nuestras piezas estén defendiéndose unas a otras, de manera coordinada, para evitar dobles amenazas y otros temas tácticos que se pueden provocar de no ser así. Siempre que podamos debemos actuar así, pero como evidentemente no siempre podemos progresar sin dejar alguna pieza indefensa, debemos estar muy atentos de las amenazas que se pueden crear contra ellas. El caballo en h5 queda indefenso y provoca la combinación del blanco.
- Las esquinas y laterales del tablero suelen ser las casillas en las que los caballos quedan peor situados, por lo que debemos de estar muy seguros de que hay una razón de fuerza mayor para realizar un movimiento de ese tipo. En una posición como la del diagrama, incluso aunque no existiera el jaque en b5 y las blancas no pudieran ganar la pieza, no es recomendable situar el caballo en h5, puesto que no quedaría bien ubicado para el futuro.
- TERMINADO EL ANÁLISIS DE LA PARTIDA DEBEMOS VOLVER A PREGUNTAR AL ALUMNO POR QUÉ CREE QUE HA PERDIDO (O GANADO).
Su respuesta nos ayudará a averiguar
si su visión de la partida ha mejorado tras el análisis. La
respuesta nos dará pistas acerca de los detalles que han podido
quedar menos claros y tendremos que recordarle algunas cosas para
refrescar su memoria y hacer hincapié en ciertos conceptos.
- PREGUNTARLE QUÉ HA APRENDIDO DE LA PARTIDA.
Antes de pasar al siguiente punto es
conveniente dejar pensar al alumno sobre las cuestiones más
importantes que ha aprendido. Ésto no sólo sirve para que veamos si
tiene en cuenta lo aprendido, sino que debería servir para que el
alumno valore la importancia de revisar las partidas y sea consciente
de las lecciones que pueden obtenerse a partir de su planilla. Veo
con frecuencia como muchos niños pierden la planilla de la partida
que acaban de jugar, la tiran, o la dejan abanadonada junto al
tablero en el que han disputado la partida. Es fundamental que los
niños asocien su planilla y el trabajo realizado gracias a ella, a
su propio aprendizaje.
- ÚLTIMO RECORDATORIO DE CONCEPTOS ASIMILADOS.
Puede parecer ser un poco pesado, pero
antes de que el niño se vaya no está de más hacer un último
recordatorio de las cuestiones más importantes, incorporando
aquellas que el niño no haya mencionado con la pregunta del punto
anterior. Puede que el alumno no haya nombrado algunos detalles de
importancia, tal vez porque los haya olvidado o porque considere que
eran cosas que ya sabía. Pero sin duda, un resumen, lo más
esquemático posible, no viene nada mal.
- DARLE UN MENSAJE MOTIVADOR Y POSITIVO.
Hayan perdido, ganado o empatado,
dejarles un buen sabor de boca es fundamental, y la función del
monitor o entrenador no debería quedarse en las cuestiones técnicas
del ajedrez. Si el niño ha perdido por cierto error, le recordaremos
que cuando aplique lo aprendido le irá mucho mejor, le recordaremos
que el resultado no es lo más importante, y le animaremos para que
disfrute del ajedrez.
Os dejo una infografía que he realizado para ilustrar este artículo.