Leontxo García desde Tromsø
por Leontxo García
"Ya lo he hecho quince veces, pero sigo disfrutando
como la primera: saludar cada dos años a tanta gente maravillosa de
tantas procedencias, colores, religiones y edades me reconcilia con el
género humano, y olvido por un rato la ineptitud de muchos dirigentes
que podrían convertir este mundo en un lugar delicioso y no lo hacen".
La Olimpiada de Carlsen augura fuertes emociones
De momento, demos a los noruegos lo que merecen: la ceremonia de
inauguración ha sido magnífica, de las mejores de mis quince olimpiadas,
con un equilibrio muy conseguido entre música excelente y otros
elementos. El principal: Magnus Carlsen, con un dominio del escenario
que jamás podría yo imaginar cuando conocí a aquel niño ultratímido con
un talento descomunal. Como muchos, predije que iba a ser campeón del
mundo, pero no que sabría comportarse con desenvoltura ante una multitud
y en medio de una tormenta de focos, cámaras y luces de colores.
Eso ha sido por la noche, pero también he estado con Carlsen por la
mañana, en la presentación de un sello de correos conmemorativo del
centenario de la Federación Noruega de Ajedrez. El invitado de honor era
el excampeón Anatoli Kárpov, poseedor de una de las mejores colecciones
filatélicas de ajedrez del mundo. Tras los discursos protocolarios, el
campeón se ha dejado rodear por los reporteros, y ha dicho cosas
sustanciales.
Susan Polgar y Anatoly Karpov (Foto e información: Sitio Web Oficial) |