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03 febrero 2014

Doble Ocho para TAIMANOV



Por: EDUARDO BERMÚDEZ BARRERA

Mark Taimanov
 
   Desde André Danican Philidor en el siglo XVIII, hasta Harmony Zhu en el XXI, la música y el ajedrez han conocido maravillosos representantes que logran desarrollarse a un altísimo nivel en ambos campos. Los ejemplos no son pocos pero tampoco sobreabundan. Baste recordar, además de los dos citados, los casos de Smyslov, Portisch, F.J. Pérez, Prokofiev, Ravel, Badura Skoda, Mrs. Piatigorsky, entre quienes combinaron armoniosamente las pasiones por la música y  el ajedrez, aunque como es natural sobresaliendo más en alguno de los dos.



El caso que nos ocupa es, quizá único: el de Mark Taimanov. Nos atrevemos a decir que es un caso claramente singular puesto que alcanzó prodigiosos niveles de experticia en sendos oficios, música y ajedrez, como ningún  mortal conocido. En efecto, vencer al campeón mundial Botvinnik o llegar a estar entre los Candidatos al título mundial de ajedrez, como lo hiciera Taimanov en los años cincuenta y, de otro lado, en el ámbito musical, grabar una de las consideradas cien piezas magistrales para duetos de  piano en el siglo XX es, sencillamente, algo muy pero muy raro. 

El ocho es un número netamente ajedrecístico. La escritora Catherine Neville escribió la interesante novela El Ocho, en la cual narra las aventuras del Ajedrez de Montglane teniendo un gran éxito en ventas. El protagonista de la novela es el mágico ocho. El ajedrez juega un protagónico papel en esta fascinante historia y aparece en cada uno de sus 35 interesantes capítulos. Este 7 de febrero de 2014, Mark Taimanov ha llegado al doble ocho, justo sus 88 años de edad.

  Hace un par de decenios, cuando volvieron a jugar Fischer y Spassky, en alguna tertulia ajedrecística con un par de amigos, conversando de la vida y los escaques, les pregunté lo siguiente: ¿si en la historia del ajedrez del siglo XX, les dieran la mágica posibilidad de ser una figura mundial quienes preferirían ser: Bobby Fischer o Mark Taimanov?   Su respuesta, casi inmediata fue, por supuesto: ¡Bobby Fischer!  A su vez uno de ellos me replicó casi con sorna ¿seguro  nos dirás que tú  preferirías ser Taimanov? Sí, les dije, yo seleccionaría la opción de Taimanov. ¿Por qué?.

Desde Platón y Aristóteles hasta Schopenhauer y Bertrand Russell el tema de la felicidad ha sido discutido por los filósofos, pero… como seleccionar a Taimanov es ir en contra la opinión de la mayoría de los ajedrecistas, está claro  que apostar en pro de la felicidad en la vida es ir siempre a favor del arte del buen vivir. Taimanov, hoy, a diferencia del trágico Bobby, llega a sus 88 años y sigue siendo un hombre feliz. En ajedrez llegó a ser uno de los diez mejores jugadores del mundo entre 1950 y 1956. Fue Campeón de la URSS, participó exitosamente en 23  campeonatos de la antigua Unión Soviética. Su maestría para el juego del ajedrez le sirvió para derrotar a jugadores como Botvinnik, Smyslov, Petrosian, Tal, Spassky, Karpov, Bronstein o Korchnoi.

En música para Taimanov todo comenzó en su natal Ucrania, cuando su madre le enseñó a tocar piano. Luego, a los 11 años, fue actor en la película El Concierto de Beethoven. Allí el niño pianista hizo el papel de niño violinista y aprendería los rudimentos del violín solo para interpretar el papel. Con su primera esposa Lyubok Bruk conformó un dueto reconocido y celebrado por su grabación del concierto de Mozart en Mi menor para dos pianos, el cual se considera una de las cien mejores grabaciones para dos pianos en el siglo XX.

De los más gratos recuerdos que tiene Mark Taimanov de su larga vida musical y ajedrecística está la historia que le contó el gran músico Dimitri Shostakovich, quien, según rememora Taimanov, le dijo que en alguna ocasión por allá a mediados de los años 20s del siglo XX, mientras estaba en una pausa suficientemente larga en la época del cine mudo, en los pasillos del teatro se topó con un hombre que analizaba cuidadosamente una partida en un ajedrez portátil y dado el interés que mostró Shostakovich, este lo invitó a jugar, a lo que el músico le respondió que no estaba seguro de hacerlo pues era un débil jugador, el apasionado ajedrecista insistió, finalmente jugaron y, ante las débiles jugadas del músico, el ajedrecista le dio mate y cortésmente le dijo a Shostakovich, quien estaba un poco avergonzado por sus malas jugadas: “no se preocupe jovencito, usted ha perdido contra Alexander Alekhine”.

Taimanov también recuerda como el ajedrez le concedió la oportunidad de alternar con famosos políticos del mundo. Menciona a Winston Churchill, Juan Perón, Fidel Castro y, en especial, a Ernesto Ché Guevara, quien luego de su partida tablas contra Vasily Smyslov en el Torneo en Memoria de Capablanca, 1967, se les acercó en los análisis y con mucho respeto, según dice Taimanov, les preguntó por algunas posibles variantes que se hubieran podido producir en aquella pacífica partida.

En una selección de sus mejores partidas  no se puede dejar de comentar su credo estético que supone que su contrincante debe ser un par que le acompañe en la producción de una obra de arte, porque como es de suponer para Taimanov el Ajedrez es un Arte. Ejemplos de ello pueden considerarse partidas como las que construyó con la complicidad artística de Petrosian y Botvinnik en Zúrich, 1953 y URSS, 1953, donde la armonía del juego blanco es un modelo de eficacia  en la Nimzoindia.

Sus maniobras con la dama son particularmente un modelo a estudiar, como lo muestran sus victorias contra Mikhail Tal en Riga, 1954 y contra Anatoly Karpov, en el Torneo del 60th. Aniversario de la Revolución de Octubre, 1977. También La bella combinación de su partida con el GM Lisitsin en 1949, con la cual remata una conducción nimzovichiana del Gambito de Dama, es asimismo un ejemplo indirecto de su claridad para ver los movimientos de la dama, en esta ocasión restringiendo con sus torres y caballos la movilidad de la dama enemiga.

Con la siciliana, como arma preferida de un gran número de grandes jugadores con piezas negras, nos legó muchas victorias. Un par de ejemplos lo constituyen dos partidas separadas treinta y cuatro años entre sí, pero unidas en la eficaz y potente maniobra  de dama y alfil por la gran diagonal blanca son: una contra el múltiple campeón alemán Wolfgang Unzicker en el Interzonal de Suecia, 1952 y otra contra el cinco veces campeón de Armenia, Eduard Mnatsakanian, en Ereván, 1986.

Quienes quieran deleitarse con el Taimanov intérprete de piano pueden hacer clic en esta dirección electrónica: http://en.chessbase.com/portals/4/files/images2/2002/taimanov1.wav