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27 octubre 2011

LA COLUMNA DE SEGISMUNDO


LA JUGADA MAESTRA


Por: MI. Boris De Greiff


El amable lector sabrá disculpar el que en ésta oportunidad se trate de alguien muy cercano a Segismundo. Nos referimos a Don Otto de Greiff, de quien el próximo 7 de noviembre se conmemora su nacimiento en Medellín.

Ocurre que Don Otto desde su adolescencia fue un gran aficionado al ajedrez y cuando en 1928 tuvo la posibilidad de viajar por vez primera a Europa, no solamente asistió a cuanto concierto pudo y escuchó a los más importantes pianistas y violinistas de entonces sino que también sacó tiempo para ver de cerca de los grandes del tablero. Encontrándose en Berlin siguió día a día las incidencias del gran torneo celebrado en el Café Koenig de la capital alemana del 12 al 29 de octubre de 1928. Muchos años después, hacia 1970, plasmó por escrito sus recuerdos de aquel certamen con amenas pinceladas sobre sus protagonistas, que a continuación se transcriben:

Capablanca. No mucho antes, un año escaso, destronado por Aléjin. En el torneo se veía como un hombre calmado, seco y acaso poco amable, frío e impasible. Fácilmente se impuso invicto en el torneo a doble vuelta.

Marshall: Por muchos años campeón norteamericano, caracterizado por su juego audaz pero no siempre sólido. Siempre con un grueso cigarro en los labios daba la impresión de ser un hombre bonachón y abordable.

Nimzovich: Uno de los grandes renovadores del ajedrez en los días del llamado "hipermodernismo" y cuyo nombre está asociado desde entonces a la defenza Nimzoindia. Daba la impresión de ser un hombre nervioso y desagradable. En alguna ocasión este turista conversaba en voz muy baja con Bernhard Kagan, editor de libros de ajedrez, Kagan de pronto alzó un poco la voz y Nimzovich le reclamó silencio airadamente con un vehemente "chist!". Un día después este mismo turista viajaba en el segundo piso de un enorme bus que lo llevaba al Café Koenig y a su lado se sentó Nimzovich. En el momento de tocar bajar del bus le faltó osadía para decirle: " Señor Nimzovich aquí hay que bajar". Resultado, que Nimzovich hubo de bajar un paradero más adelante, llegando con cinco minutos de retraso a su partida con Spielmann. La partida fue un empate soso.

Reti: Entonces muy famoso teórico del ajedrez, jugador irregular, el primero en derrotar a Capablanca (New York 1924) después de muchísimos años en que el cubano no perdió ninguna partida de torneo. Parecía hombre en extremo plácido y amable.

Rubinstein: Uno de los más grandes reyes sin corona del ajedrez. En este torneo empató brillantemente con Capablanca. Su aspecto, profundamente eslavo-judío, revelaba un ser taciturno y amargado.

Spielmann: Otro judío, pero al parecer el polo opuesto de Rubinstein, pues mientras este era eminentísimo jugador posicional y hombre taciturno, "saturnino" dicen los ingleses, Spielmann era "mercurial", vivaracho, siempre andando de prisa y a saltitos y en su juego extraordinariamente romántico, como se les dice a los ajedrecistas especializados en el juego impetuoso, con sacrificios espectaculares.

Tartakower: En su época el más prolífico de los tratadistas del juego, en un brillante estilo periodístico, con frecuentes toques de humor e ironía, no revelados en su aspecto exterior, un poco doctoral. Se decía que por dedicar tanta atención a la literatura sobre el juego (sin duda su "modus vivendi") no escaló casi nunca en los torneos las altas posiciones, siendo su desempeño muy irregular.

Don Otto finaliza sus recuerdos sobre Berlín agregando que "Por aquellos días hube de ver al gran Lasker en una exhibición de simultáneas en las que empató con la hija del mencionado editor Kagan (Cortesía con el amigo?) y ganó a casi todos los demás. Me fue dado verlo de cerca, en un descanso, engullendo salchichas de Frankfurt y fumando un apestoso chicote."

Esta es la brillante partida a que hace alusión Don Otto. Fue jugada en el segundo turno. En la primera vuelta Capa había logrado - por vez primera y única - derrotar al gran Akiba.


A. RUBINSTEIN vs J.R. CAPABLANCA