LA JUGADA MAESTRA
Por: MI. Boris De Greiff
Muy pocas personas en nuestra familia ajedrecística quisieron tanto el juego ciencia como ABRAHAM BORJA RUBIO, quien falleciera en Bogotá, a la edad de 80 años. Para Segismundo fue una noticia especialmente dolorosa ya que Abraham tuvo mucho que ver en el despertar de su pasión por los escaques. Ocurre que en 1944 visitó el Colegio Nacional de San Bartolomé, dentro de una campaña de promoción de los Juegos Intercolegiados y allí dio una charla sobre el ajedrez que concluyó con una exhibición a la ciega. Ni que decir que nos dejó boquiabiertos y fue tal el entusiasmo que despertó entre nosotros que conformamos un equipo que habría de ganar los Campeonatos Intercolegiados en ese año y en el siguiente. Allí se inició una amistad que duró mas de medio siglo. Juntos debutamos en el II Campeonato Nacional de 1947 realizado en Bogotá. Yo tuve mejor suerte pues compartí la cuarta casilla, pero Abraham se robó el “show” cuando derrotó hacia el final del torneo en espectacular partida a Carlos S. Rivera, quien luego de vencer en rondas consecutivas a los dos “grandes”, Cuellar y Sánchez se perfilaba como Campeón. Por culpa de Abraham esto no se dio y el binomio siguió marcando el paso hasta 1979 cuando por última vez se enfrentaron en los salones de la Asamblea Departamental de Manizales.
Poco después, en el Campeonato Nacional de 1953, también en Bogotá, Abraham venció en gran forma a Luis Augusto Sánchez, recién regresado del Interzonal de Saltsjobaden (Suecia) y para entonces el único maestro Internacional de Colombia. Aquí también Borja alternó victorias con derrotas, pero mereció de ese gran periodista y aficionado al ajedrez que era Gonzalo González (GOG), la siguiente nota que apareció publicada en “El Espectador”: “La inmaculada concepción del ajedrez se busca y se encuentra en Abraham Borja Rubio. Durante 15 años de elegante presencia en torneos grandes y pequeños, no registra la mas leve mancha su espíritu deportivo. Se le considera por unanimidad como arquetipo del buen aficionado. Sin ruido, sin raptos pasionales, ha cruzado por la vida social del ajedrez, como si entendiera que es un juego para jugarlo siempre de frac, como quien ejercita una segunda naturaleza propia. Así ha ganado en distintas ocasiones a los mejores. Así ha perdido ante principiantes”.
Lástima que quienes organizaron los Campeonatos Nacionales de nuestra prehistoria, no hicieron boletines ni conservaron las planillas de juego, pero en los archivos de Segismundo nos topamos con un artículo suyo publicado en la revista “Estampa” el 2 de Abril de 1949, informando sobre un match que por entonces disputaban Abraham Borja y el campeón de Caldas Guillermo Cañas. La siguiente fue la primera partida de la serie.
Borja,Abraham - Cañas,Guillermo [A29]
Match, 1949
1.c4 e5 2.Nc3 Nf6 3.g3 d5 4.cxd5 Nxd5 5.Bg2 Nb6 6.Nf3 Nc6 7.d3 Be7 8.a3 a5 9.0–0 0–0 10.Be3 Bg4 11.Rc1 Qd7 12.Re1 Kh8 13.Bxb6 cxb6 14.Na4 Bd8 15.Qb3 Bxf3 16.Bxf3 Nd4 17.Nxb6 Bxb6 18.Qxb6 Nxf3+ 19.exf3 Ra6 20.Qc5 Re8 21.Qc7 Rd6 22.Qxd7 Rxd7 23.Rxe5 Ra8 24.Rxa5 Rad8 25.Rc3 g6 26.Rb5 Rxd3 27.Rxd3 Rxd3 28.Rxb7 Rxf3 29.Kg2 Rd3 30.a4 Kg8 31.a5 1–0
