Dirección y Arbitraje de Torneos - Publicación Elo Nacional e Internacional - Seminarios - Cursos para Arbitros - Actualidad del Ajedrez - Torneos en desarrollo - Reglamentos - Actividades FECODAZ. AI. JOSE JESUS CALLE - MANIZALES - Colombia –

24 octubre 2011

Lasker vs. Tarrasch


Entre Scylla y Caribdis


En la mitología griega, Scylla era uno de los monstruos que vivía en uno de los lados de un estrecho canal de agua.

Scylla era horriblemente grotesco y tenía seis largos cuellos, cada uno equipado con una espeluznante cabeza compuesta por tres hileras de afilados dientes.

El otro monstruo se llamaba Caribdis que tragaba enormes cantidades de agua tres veces al día y las devolvía otras tantas, adoptando así la forma de un remolino que devoraba todo lo que se ponía a su alcance.

Ambas criaturas mitológicas dieron origen a la famosa frase denominada:

Entre Scylla y Caribdis”

que significa estar encerrado entre dos males. Cualquiera de las dos salidas que se tome es infernal pues alejarse de una, significa ir hacia el peligro de la otra.

En este “tortuoso” laberinto es donde el Dr. Siegbert Tarrasch fue a a parar durante su partida decisiva con el Campeón del Mundo Emanuel Lasker en la penúltima ronda del Torneo de Nuremberg de 1896.

Ver foto llamada Scylla-Caribdis

De haberla ganado, aparte de meterse todavía en la lucha por el primer puesto del certamen (!?), Tarrasch, se hubiera también reivindicado como lo que era hasta aquellos momentos, ¡un auténtico campeón de grandes torneos!. Pero no fue así.

Emanuel Lasker dio una soberana “paliza” a su rival y dejó entonces claro que sólo él iba a estar sentado en el trono de Caissa.

Este tipo de situaciones duraron en el mundo del ajedrez sobre todo hasta la finalización del reinado de Garry Kaspárov en el año 2000.

A partir de ahí con la entrada de la nueva F.I.D.E. de Ilyumzhínov y Makropoulos, el ajedrez internacional (a nivel de los Campeonatos del Mundo, ¡que quede claro!) comenzó entonces a parecerse más que nada ¡a un circo!, donde unas veces gana uno y otras veces gana otro, pero no hay una superioridad total del más grande sobre el resto de los rivales (?).

Con los ritmos de juego rápidos (??) instaurados en la actualidad, esto es prácticamente imposible.

Los Campeones del Mundo de antaño marcaban épocas y todo giraba alrededor de sus grandes virtudes y pequeños defectos.

Ver la Biblia del ajedrez: “Mis geniales predecesores” (5 grandes tomos de Garry Kaspárov).

Lamentablemente debemos decir ahora que la F.I.D.E. representa hoy en día a Scylla y los patrocinadores que eligen este tipo de ajedrez veloz para sus torneos clasificatorios y también para los propios Campeonatos del Mundo, se comportan como Caribdis, pues colaboran al “desaguisado” (tal vez por su propia incultura ajedrecística - ? -).

Y así, ya se sabe lo que ocurre: Desde aquel mítico año 2000 en que Kaspárov perdió su título ante Krámnik, los vigentes Campeones del Mundo han salido de una “tómbola” (??) con el consiguiente daño para el mundo del juego-ciencia que asiste impávido a tan “brutal” espectáculo que va en contra de las leyes de Caissa, pues el ajedrez nada tiene que ver con el ping-pong, señores Ilyumzhínov y Makropoulos, tomen nota por favor (¡2ª lección de cultura ajedrecística general!).

Ver partida entre Lasker y Tarrasch.



Por: Angel Jiménez Arteaga

aarteaga61@gmail.com