Desde tiempos remotos, el estudio del
ajedrez ha llamado la atención de los intelectuales y hombres de
ciencia. A tal efecto, el mismo sido abordado por una serie de
disciplinas; entre las que destacan la historia, la sociología, la
pedagogía, la psicología y las ciencias cognitivas. Sus investigaciones
han facilitado el análisis, desde diferentes perspectivas y matices
relacionados con su naturaleza y aplicaciones. Artículo por Dr. Uvencio
Blanco. | Foto: Lennart Ootes (Grand Chess Tour)
- Un deporte lo es porque se trata de una actividad competitiva;
actividad para la cual debe haber preparación, condiciones previas y
reglas de juego bien definidas.
- Para comienzos del S. XVI, en algunas ciudades y pueblos de
Europa, el ajedrez comenzó a tomar la forma de una competición con
reglas y premios preestablecidos.
- Para jugar ajedrez con cierto nivel de maestría, se requiere de
una alta capacidad de atención, concentración, memoria, espíritu de
lucha y resistencia por largos periodos de tiempo.
- El ajedrez es una metáfora bélica; siendo así, su naturaleza
gira en torno a estrategias, tácticas, maniobras y mucho trabajo
psicológico.
El ajedrez y sus dimensiones
Inclusive, más recientemente su estudio ha comenzado a ser abordado
también desde los dominios de la filosofía del deporte y más
específicamente desde el terreno ético; sobre todo, en lo relacionado
con las leyes y reglas generales del juego, el juego limpio y la lucha
contra el dopaje y las trampas.
Es por ello que, al considerar el inicio del ajedrez como deporte,
debemos tener en cuenta que una de sus justificaciones se apoya en que
un deporte lo es porque se trata de una actividad competitiva; actividad
para la cual debe haber preparación, condiciones previas y reglas de
juego bien definidas.
Así mismo, para que una disciplina o juego sea entendida como
deporte, es necesaria la existencia de los mismos tipos de habilidades,
disciplinas físicas y mentales que en general necesita un deportista
para poder competir y tener éxito en su deporte.
En primer lugar, el ajedrez es claramente una actividad competitiva y
los juegos deben ser actividades competitivas para ser considerados
como un deporte. En segundo lugar, al jugar al ajedrez como deporte, los
ajedrecistas necesitan las mismas condiciones físicas y mentales
generales que necesita cualquier otro deportista. Por ejemplo, para un
jugador la confianza en sí mismo, la fortaleza mental, el auto control y
la resistencia física -entre otros elementos importantes- pueden
ayudarle a tener éxito como jugador de ajedrez.
Ocurrió en el Siglo de Oro español
Ya para comienzos del S. XVI, en algunas ciudades y pueblos de
Europa, el ajedrez comenzó a tomar la forma de una competición con
reglas y premios preestablecidos. Pero la historia del ajedrez con sus
torneos y encuentros más relevantes se remonta al año 1575 cuando, bajo
el patrocinio del rey Felipe II, se jugó en palacio de El Escorial de le
ciudad de Madrid, el que se considera como el primer torneo oficial de
ajedrez en el cual se establecieron previamente las condiciones de
participación, las reglas de juego y la premiación.
En dicho torneo participaron los cuatro mejores jugadores de la
época; a saber: dos españoles: Ruy López de Segura y Alfonso Cerón y dos
italianos: Paolo Boi y Leonardo da Cutri. Dicho evento fue ganado por
Leonardo Da Cutri, quien recibió como premio mil ducados, una capa de
armiño y la exención de impuestos para su pueblo natal. De allí en
adelante se celebraron distintos torneos y campeonatos en distintos
lugares de Europa y muy posteriormente en América. De tal manera que
podemos afirmar que hace 5 siglos, el ajedrez comenzó a tener
aplicaciones competitivas que lo aproximaron, con sus condiciones,
normas, premios y trascendencia histórica, a lo que hoy entendemos como
competencia deportiva e inicio como deporte.
Londres inicia la era de los grandes torneos
Aquí es importante destacar que no fue sino hasta 1851 cuando se
celebró en la ciudad de Londres el I Torneo Internacional de Ajedrez,
ganado por el alemán Adolf Andersen; hecho que le convierte en el primer
campeón mundial de ajedrez no oficial. Luego se celebraron otros
grandes torneos en las principales ciudades de Europa como los de
Londres – Inglaterra (1862), París – Francia (1867), Baden-Baden –
Alemania (1870), Viena - Austria (1873), Berlín - Alemania (1881) y
Hastings – Inglaterra (1895); hasta la celebración del primer campeonato
mundial absoluto en 1886, ganado por el austrohúngaro Wilheim Steinitz.
En 1999, el Comité Olímpico Internacional (COI), y más de 100 países
reunidos en la Asamblea General de Corea, lo reconocen como deporte y a
la Federación Internacional de Ajedrez (fundada en Paris de 1924), como
su órgano rector.
Sin embargo, aunque no se ha incorporado a los Juegos Olímpicos, en
Sídney 2000 fue presentado como deporte de exhibición e incluso aplicó
su inclusión en los Juegos Olímpicos de Paris 2024.
También debemos señalar que el ajedrez es un deporte muy duro y
exigente. Para jugar ajedrez con cierto nivel de maestría, se requiere
de una alta capacidad de atención, concentración, memoria, espíritu de
lucha y resistencia por largos periodos de tiempo.
En los torneos por la modalidad clásica o standard, se había establecido límites máximos entre las 4 y 6 horas por partida.
Incluso debemos tomar en cuenta que los ajedrecistas de competencia
generalmente enfrentan altos niveles de estrés y la acumulación de
tensión que se manifiesta durante el juego: se observa a través de
variables como el incremento en el pulso y la respiración.
La metáfora bélica
Igualmente, todo deporte tiene como objetivo ganar, lo cual implica
confrontación, competitividad y lucha características que el ajedrez
comparte con los demás deportes.
El ajedrez es una metáfora bélica; siendo así, su naturaleza gira en
torno a estrategias, tácticas, maniobras y mucho trabajo psicológico.
Con el único objeto de derrotar al adversario. Evidentemente, el
desgaste físico y mental de esa batalla es enorme.
Precisamente por este carácter competitivo, existen varios métodos
estadísticos de comparación y clasificación para los ajedrecistas; entre
ellos, el sistema de calificación ELO. El Rating Elo es uno de los
criterios, con base matemática, más confiables que se pueden aplicar al
comparar los jugadores de ajedrez.
De acuerdo con este sistema, los mejores jugadores de todos los
tiempos se pueden comparar por su calificación ELO. Los grandes maestros
Magnus Carlsen, Gary Kasparov y Robert James “Bobby” Fischer, están
entre los ajedrecistas con las más altas calificaciones jamás logradas
en esta disciplina.
En este sentido, vale señalar que solo doce ajedrecistas han superado la mítica cifra de 2800 puntos de Elo. Ellos son:
# |
Jugador |
Elo |
Fed. |
Mes |
Año |
1 |
Magnus Carlsen |
2882 |
NOR |
Mayo |
2014 |
2 |
Garry Kasparov |
2851 |
RUS |
Julio |
1999 |
3 |
Fabiano Caruana |
2844 |
EE. UU. |
Octubre |
2014 |
4 |
Levon Aronian |
2830 |
ARM |
Marzo |
2014 |
5 |
Wesley So |
2822 |
EE. UU. |
Febrero |
2017 |
6 |
Maxime Vachier-Lagrave |
2819 |
FRA |
Agosto |
2016 |
7 |
Vishy Anand |
2817 |
IND |
Marzo |
2011 |
8 |
Vladimir Kramnik |
2817 |
RUS |
Octubre |
2016 |
9 |
Veselin Topalov |
2816 |
BUL |
Julio |
2015 |
10 |
Hikaru Nakamura |
2816 |
EE. UU. |
Octubre |
2015 |
11 |
Shakhriyar Mamedyarov |
2814 |
UZB |
Febrero |
2018 |
12 |
Alexander Grischuk |
2810 |
RUS |
Diciembre |
2014 |
Agregando a lo anterior, debemos reconocer que, a lo largo de los
últimos 170 años, la proliferación de torneos y campeonatos de ajedrez
ha crecido exponencialmente; de tal forma que en la actualidad son más
de 5.000 los eventos reportados anualmente ante las oficinas de FIDE.
Fuente: “Ajedrez patrimonio cultural de la humanidad” (Blanco, U, 2020)
Tomado de chessbase.com