Por Uvencio Blanco Hernández
                El pasado sábado 26, las puertas de la 
Federación Argentina de Ajedrez (FADA), se abrieron para recibir a los 
ajedrecistas e instituciones premiadas por la primera edición del Salón 
de la Fama del Ajedrez de América.
En esta oportunidad, el ingeniero Mario Petrucci presidente de la 
federación coordinó junto a Jorge Capaccioli, los detalles de un evento 
en el cual serían entronizados figuras relevantes del ajedrez argentino. 
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Uvencio Blanco, Oscar Panno y Mario Petrucci | Foto: Uvencio Blanco 
 
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El Salón de la Fama se trasladó a Villa Martelli
Uvencio Blanco, secretario del Salón, recordó que hasta el año 2021 
el deporte del ajedrez tenía dos salones de la fama; a saber: el “Salón 
de la Fama del Ajedrez de los Estados Unidos” fundado en 1985 por la 
Federación de Ajedrez de los Estados Unidos y que, a la fecha, ha 
entronizado poco más de 60 ajedrecistas; y el “Salón de la Fama del 
Ajedrez Mundial” (World Chess Hall of Fame), ente fundado en 2001 y que 
es dirigido por el United States Chess Trust. En este caso, los miembros
 de este Salón son nominados por representantes de la Federación 
Internacional de Ajedrez (FIDE); ambiente en el que hasta 2021, habían 
sido elevados 40 nombres de los más destacados atletas de la historia 
del ajedrez mundial.
Convenientemente, ambas instituciones se encuentran ubicadas en el 
barrio Central West End de la ciudad de San Luis, en el estado de 
Missouri, Estados Unidos.
Ahora bien, el “Salón de la Fama del Ajedrez de América” es una 
institución civil de carácter privado y sin fines de lucro, cuyo objeto 
central es el de reconocer el legado de nuestros máximos valores del 
ajedrez provenientes de la América toda. Nos referimos a que cualquier 
ajedrecista con aportes notables al ajedrez, nacido o nacionalizado en 
alguna de las naciones que conforman el continente americano, sea norte,
 centro, sur América o islas del Caribe; tiene pleno derecho a ser 
postulado y elegido para nuestro Salón; el cual tiene su sede en Ciudad 
Juárez, México.
Así mismo, queremos destacar el carácter de justicia social o 
compromiso histórico de nuestro Salón, que comienza a cumplirse con la 
mayoría de nuestros ajedrecistas americanos con mérito para tal 
reconocimiento.
Nuestra concepción del ajedrez
También estimamos importante señalar que, en el Salón, apreciamos una
 serie de ideas, percepciones e imágenes sobre el ajedrez que deseamos 
compartir en este momento:
- El juego de ajedrez es producto de una alta expresión del ingenio de
 antiguas civilizaciones; ha evolucionado a partir de los cambios y 
transformaciones sufridos en el tiempo, consecuencia de la creatividad y
 desarrollo del talento de sus jugadores; su capacidad de adaptación a 
las características y condiciones técnicas de los diferentes contextos 
históricos y geográficos en los cuales han participado. 
 - El ajedrez es una construcción social; la consecuencia y 
expresión de procesos civilizatorios complejos. Es el resultado de un 
arduo trabajo colectivo llevado adelante desde su concepción como juego 
hasta su definición contemporánea como deporte. 
 - El juego de ajedrez está configurado en una gran memoria 
colectiva; su lenguaje, sus saberes y experiencias se recrean en una 
dinámica permanente. 
 - El juego de ajedrez está en el origen de obras notables que 
constituyen pruebas reales por su belleza, armonía y síntesis de alto 
intelecto humano. 
 - El actual juego del ajedrez tiene un alto valor simbólico que 
proviene de su relevante significado social y su función como referencia
 de tradición e identidad entre sus millones de cultores de los cinco 
continentes. 
 - El ajedrez también es una poderosa herramienta pedagógica. Los 
estudios sugieren que el estudio y práctica sistemática del ajedrez 
estimula el desarrollo de una serie de virtudes y habilidades de la 
mente, como ninguna otra actividad del ingenio humano. En particular, 
las de carácter intelectual y moral. 
 - En tal sentido, debemos reconocer que el juego de ajedrez es 
una expresión de cultura. A través de los siglos, miles de hombres y 
mujeres de diferentes clases sociales, razas, credos políticos y 
religiosos se han convertido, gracias a la memoria de las partidas de 
ajedrez, en vehículos anónimos de esta herramienta de juego, de deporte y
 de promoción cultural. Son obras indestructibles, que el paso del 
tiempo hace cada vez más vigorosas. Este legado se transmite de 
generación en generación. 
 - Con base en estos y otros argumentos, apoyamos la solicitud 
ante la UNESCO del reconocimiento del ajedrez como Patrimonio Cultural 
Intangible de la Humanidad. 
 
El ajedrez argentino presente
Ahora bien, es oportuno expresar que, en nuestro Salón, no solo 
estamos interesados en promover el legado de los maestros del ajedrez, 
sino a los entrenadores, árbitros, educadores, difusores, clubes y 
eventos relevantes; todo en el marco de lo que entendemos por justicia 
social y reconocimiento al mérito de quien en buena lid se lo haya 
ganado.
Con base en esta selección hecha en 2021, el ajedrez argentino cuenta con siete nominaciones:
Miguel Najdorf, Oscar Roberto Panno, 
Erick Gottlieb Eliskases, Julio Bolbochán, Roberto Gabriel Grau, el 
Torneo de las Naciones de Buenos Aires (1939) y el Club Argentino de 
Ajedrez.
El maestro Oscar Panno se convirtió en la figura central del acto, 
conjuntamente con los representantes del Club Argentino de Ajedrez, 
fundado en 1905 y encabezados por su presidente Chesquiel Hansman y 
Mario Petrucci de la FADA, en representación de la junta directiva y 
comité organizador del Torneo de las Naciones de Buenos Aires de 1939.
En relación con el Torneo de las Naciones, Petrucci informó que su 
federación sigue haciendo gestiones ante la Comisión de Historia de la FIDE, en el sentido de que sea reconocida Buenos Aires como sede 
oficial FIDE a partir de la asamblea general celebrada ese año de 1939.
Finalmente, pudimos expresar que es nuestro deseo que el legado y 
conocimiento presente en la obra vital de estos ajedrecistas e 
instituciones, se divulgue por todos los medios posibles a favor del 
enriquecimiento de la cultura ajedrecística de los cultores del ajedrez,
 cualquiera sea su condición, donde quiera que se encuentren a lo largo y
 ancho de nuestra hermosa América.
Fuente: chessbase.com