Una leyenda viviente: Boris Spassky
Por : Dr Uvencio Blanco Hernández
Presidente de la Federación Venezolana de Ajedrez y Delegado FIDE.
Recuerdo
 que el pasado mes de octubre, en el marco del Congreso FIDE de Cracovia
 en Polonia, se le rindió homenaje a varios dirigentes y ajedrecistas 
fallecidos durante 2011. Entre los más destacados estaban, en tan 
selecta lista, el excampeón del mundo  Vassily
 Smyslov (ruso de 89 años), el ruso-húngaro André Lilienthal (99 años) y
 el danés Bent Larsen (75 años); tres grandes entre los más grandes de 
todas las épocas. 
 Luego del minuto de silencio correspondiente al homenaje póstumo y estando como delegado de mi federación, me
 dirigí a uno de mis colegas para preguntarle por la salud del gran 
maestro Boris Spaski quien, un mes antes había sufrido un accidente 
cerebro vascular (ACV).   Efectivamente,
 el 24 de septiembre pasado fue ampliamente reportado por los medios, el
 hecho de que el décimo campeón del mundo Boris Vasilevich Spaski, había
 desarrollado un ACV estando en Moscú. De hecho, el New York Times
 inmediatamente se hizo eco de la noticia indicando además que en 2006 y
 estando en San Francisco, Spaski había sido víctima de un cuadro 
similar.  En
 realidad con lo sucedido en 2011 sería el tercer ACV sufrido por el 
campeón mundial de ajedrez nacido en Leningrado; pero, ninguno de ellos 
tan preocupante como este último. 
Por
 cierto recuerdo que en 2007 tuvimos la oportunidad de coincidir 
nuevamente con él en la hermosa ciudad de Bilbao, durante un ciclo de 
conferencias sobre Ajedrez y Educación y el Campeonato Mundial de Ajedrez a la Ciega; eventos organizados por la Federación Vasca de Ajedrez, bajo la coordinación de nuestro común amigo Leontxo García. Allí,
 el gran maestro Spaski se presentó totalmente recuperado de su 
penúltimo encuentro con la adversidad, Se mostraba con buen semblante, 
una apariencia física fuerte, robusta, con excelente sentido del humor 
(ruso) y con una memoria y capacidad para el análisis rápido y profundo,
 muy envidiables en un hombre de más de 70 años.  
Allí
 comentó, analizó y conversó ampliamente con todo aquel –maestro o no- 
que se acercara a la sala de análisis donde compartía con Leontxo, 
Ljuvojevic y algún invitado especial; digamos que entre otros, con la 
Polgar, Bu, Topalov, Karjakin o el brasileño Sunye Neto.   Ahora
 ocurre que este 30 de enero ha alcanzado los 75 años; erigido como uno 
de las más grandes leyendas vivientes del ajedrez y considerado –con 
justicia- uno de los mejores ajedrecistas de la historia; en una 
palabra, un extra clase del ajedrez.  Spaski
 inició su instrucción formal de la mano del maestro Vladimir Zak, quien
 le enseña los principios del juego posicional y de profilaxis 
ajedrecística. Con él conoció sus primeros triunfos locales y comenzó su
 proyección como futuro maestro. Luego, a partir de 1952, comienza su relación profesional con el maestro Alexander
 Tolush, su entrenador hasta 1965 y con quien desarrolla un estilo de 
juego más abierto y agresivo; logrando resonantes éxitos en la arena 
nacional.   
Para
 1955 alcanza el título mundial juvenil, el tercer lugar del Campeonato 
Absoluto de la URSS y su clasificación al Torneo de Candidatos del 
Interzonal de Gotemburgo (Suecia); toda una odisea con apenas 18 años de edad. Una década más tarde, a partir de 1965, es invitado a trabajar con el gran maestro  Igor
 Bondarevsky, con quién consolidó su estilo universal y enriqueció su 
repertorio de aperturas, convirtiéndose posteriormente en experto en 
sistemas como la Ruy López, Siciliana, Defensa Ortodoxa y Francesa.  Un
 año después y luego de vencer consecutivamente a titanes de la talla de
 Paul Keres, Efwin Geller y Mihail Tal, se convierte a retador al título
 universal ostentado por el armenio Tigran Petrossian. El match, a 24 
partidas, lo pierde por la mínima diferencia.  Se
 recupera, inicia el nuevo proceso de clasificación y tres años después 
vuelve por sus fueros, convirtiéndose a los 32 años en el X Campeón 
Mundial de Ajedrez FIDE al derrotar al jugador más sólido de la época, 
Tigran Petrossian; y de quien –con palabras de admiración- afirmaría que
 "Petrosian me recuerda a un erizo. Justo cuando uno cree que lo tiene cogido, saca sus púas".  
Sin
 embargo, tres años más tarde (1972) –en plena Guerra Fría- pierde el 
título ante con Fischer; hecho que le cambiaría totalmente el destino. 
Pero, a pesar de los múltiples problemas surgidos con las autoridades 
soviéticas, se reincorpora a la lucha ajedrecística, clasificándose de 
nuevo al Torneo de Candidatos de 1978 del cual no pudo calificar al caer
 ante uno de sus más ilustres archirrivales: Víctor Korchnoi quién, a la
 postre perdería en su intento ante el joven Anatoly Kárpov.   Años más tarde, en 1983, obtiene un resonante triunfo en el exclusivo Torneo de Linares.  
El
 gran maestro Spaski, del que se dice que fuera evacuado junto a su 
corta familia del sitio de Leningrado (actual San Petersburgo) en junio 
de 1941 y sobreviviendo a los avatares del hambre, las enfermedades y 
vicisitudes de la II Gran Guerra., cuando apenas contaba con 4 años de 
edad, hubo de nacionalizarse francés en 1984.   El Spaski que también sobrevivió a los ataques descalificadores del establishmen soviético luego de éste perder el Match del Siglo
 ante el americano Robert Bobby Fischer en Islandia 1972, es el mismo 
quien en algún momento declaró jocosamente que él y Larissa, su exmujer,
 parecían “alfiles de distinto color” porque no se podían ver.
Luego,
 20 años después del Match del Siglo, se reencuentra y pierde un nuevo 
más ante su gran amigo y admirado colega, Bobby Fischer.   Es
 el mismo Spaski quien exhibe uno de los más brillantes palmarés del 
ajedrez contemporáneo: en 60 años de práctica magistral alcanzó un Elo 
máximo de 2.690 puntos, en una época donde esta cifra era considerada 
astronómica e inaccesible. En su dilatada trayectoria logró un 62,3% de 
efectividad al participar en 2.288 cotejos oficiales, en los que obtuvo 
772 victorias, 1268 tablas y 216 derrotas; esto es, cerca del 90% de 
partidas definidas como ganadas o tablas y cerca de un 10% de 
enfrentamientos perdidos al más alto nivel de competencia. Pero,
 más allá de los fríos números, un verdadero gigante del tablero, un 
embajador de la Paz y un caballero en toda la extensión de la palabra. 
En
 reciente entrevista manifestó su interés en asistir al match por el 
campeonato del mundo a celebrarse en mayo próximo en la ciudad de Moscú;
 inclusive, ha informado sobre su interés .medio en serio y medio en 
broma- en arbitrar dicho evento. Ojalá que la organización, los 
jugadores y el mundo del ajedrez puedan contar con su valiosa presencia. Se
 trata del mismo Spaski que ostenta un extraño record para un 
ajedrecista de élite: nunca ha publicado un libro de ajedrez. Pero que, 
desde su apacible residencia de Paris, afirma que aspira legarnos sus 
valiosas memorias en un texto denominado “Mi camino en el ajedrez”.   Es
 por ello que con motivo a su 75° aniversario, S.E. Kirsan Iljumzhinov 
–presidente de FIDE- le envió esta hermosa nota de felicitación: Querido Boris Vasilievich!
Es
 un placer para mi darle mis más sinceras felicitaciones con motivo de 
su 75 cumpleaños; en nombre de la dirección de la Federación 
Internacional de Ajedrez (FIDE), el mío propio y el de millones de sus 
fans en todas partes del mundo.
Hay un montón de recuerdos 
notables en su carrera de deportiva en el ajedrez. Usted ha demostrado 
en muchas ocasiones su capacidad para concentrarse y resolver 
impecablemente las circunstancias más complicadas que se le han 
presentado. Su capacidad de jugar y su voluntad de ganar es un verdadero
 ejemplo para la nueva generación de jóvenes jugadores de ajedrez.
Gracias
 a ustedes, en 1972, después de su duelo por el Campeonato del Mundo con
 Bobby Fischer, el mundo entero se enteró de lo que el ajedrez es. para 
la sociedad de ajedrez usted es un modelo de la decencia y la nobleza. 
Su profesionalismo, el entusiasmo, así como el más alto nivel de 
lealtad, la honestidad y la cultura, así como su modestia y bondad hacia
 las personas que todo el que ha trabajado con usted le respeta 
inmensamente.
Creo que estos problemas de salud temporales no van
 a interferir con sus actividades creativas en el futuro para el 
beneficio de ajedrez y guardéis fuerzas para deleitarnos con su consejo 
sabio y comentarios chispeantes.
En mi calidad de Presidente de 
la FIDE, me es grato extender una invitación para que usted sea mi 
representante en el match del Campeonato del Mundo entre Viswanathan 
Anand y Boris Gelfand, este mes de mayo.
Querido Boris 
Vasilievich, en este día maravilloso, me gustaría desearle nuevos 
éxitos, buena suerte y lo mejor para su salud. Esperamos que usted esté 
siempre con el mejor de los espíritus y una energía sin fin. Que la paz y
 el equilibrio siempre estén en tu corazón!
Con los mejores deseos,
Kirsan Ilyumzhinov / Presidente FIDE   En fin, el mismo Boris Vasilevich de siempre; generoso, atento y conversador,  un
 ciudadano universal, uno de los más respetados y admirados en nuestro 
deporte y a quien deseamos salud, energía y felicidad en sus primeros 75
 años de una larga y productiva existencia. Caracas, febrero de 2012.