ARBITROS TITULADOS

02 noviembre 2024

Alexander Alekhine: el hombre que más amó el ajedrez

Por: Eduardo Bermúdez Barrera PhD.

Universidad del Atlántico


Foto cortesía Eduardo Bermúdez Barrera

"Alguna vez los hombres tuvieron que ser semidioses; si no, no habrían inventado el ajedrez"

      

Un día como hoy en la Paris de Sartre, Hemingway, Henry Miller, en el otoño de 1932, un hombre que amaba a los gatos, a las mujeres maduras y los ataques directos al rey, celebraba sus cuarenta años. Estaba en el apogeo de su fama, los había vencido a todos, viajó por todo el mundo dando exhibiciones de simultáneas a ciegas desde Colombia hasta Japón, se llamaba Alexander Alekhine y se había coronado cinco años antes campeón mundial de ajedrez tras vencer al invencible Capablanca. Nadie nunca quiso tanto al ajedrez como él, nadie lo promocionó nunca antes como él. Quizá un Bobby Fischer o un tal Mischa Tal podrían acercársele, pero nunca superar el amor que este gran artista tuvo por el juego de los semidioses.

Aliójin, que es como se oye su nombre en ruso, habitaba en Paris, pero había nacido en Moscú en el seno de una aristocrática familia rusa. Aprendió el mágico movimiento de las piezas de ajedrez de manos de su abuela y pronto, muy pronto, superó a su hermano mayor quien también fue un hábil jugador. La belleza de las combinaciones del juego ciencia lo atrajo apasionadamente al punto que, desde su tierna adolescencia, se iba a escondidas de sus padres y su abuela a jugar a los clubes de la Rusia zarista y prerrevolucionaria donde había una gran actividad ajedrecística. Recordemos que los zares desde Iván el Terrible hasta el Zar Nicolás II y los líderes de la revolución bolchevique como Trotsky y Lenin, jugaban al ajedrez.

Hacia 1914, cuando comenzaba la primera guerra mundial, Alekhine era uno de solo cinco jugadores en el mundo que poseían del título de Gran Maestro. Los otros cuatro eran: el campeón mundial de entonces Enmanuel Lasker, el norteamericano Frank Marshall, el gran teórico alemán Tarrasch y el extraordinario cubanoamericano Capablanca. Alekhine y otros grandes jugadores estaban en el torneo de Mannhein, cuando Gavrilo Princip asesinó al Archiduque Francisco Fernando de Austria, inmediatamente después del suceso, los ajedrecistas fueron arrestados por considerárseles “extranjeros peligrosos”, pero ellos fieles a su pasión se dedicaron a jugar partidas a ciegas mientras estaban reclusos y sin tableros a mano.

75 años después de la muerte de Alekhine, ocurrida en marzo de 1946, se produjo la publicación de la novela de Arthur Larrue, La Diagonal de Alekhine anunciada como: “La increíble vida de Alexander Alekhine, conocido como «el sádico del ajedrez», «más inmoral que Richard Wagner y que Jack el Destripador», consagrado por el Zar, perseguido por Stalin, esbirro de Goebbels”. Allí se narran pormenores de la misteriosa muerte de este, el único campeón mundial fallecido en posesión del título. La foto que se divulgó de su muerte es bastante sospechosa y personalidades de pensamiento independiente y crítico en el mundo del ajedrez como Boris Spassky o el canadiense Kevin Spragett, han cuestionado la versión oficial de “muerte por atragantamiento con un pedazo de carne”.

Finalizaré con una forma verbal poco usual: Alekhine no se murió, a Alekhine lo murieron.


Keymer sube con calma (I)

El juvenil alemán suele destacar más por su técnica y profundidad que por la belleza, pero esta partida también es brillante

Por Leontxo García

41.Tdd1 Re6


V. Keymer (2.721,Novy Bor - J. Beukema (2.368,De Stukkenjagers [C65]

Copa de Europa de Clubes (1). Vrnjacka B, 20.10.2024

 [El progreso de Vicent Keymer, 22º del mundo a los 19 años, es lento pero muy consistente. Su juego con el equipo campeón de Europa (checo) fue brillante. Apertura Española (C65):]

 1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 Cf6 4.d3 Ac5 5.Axc6 dxc6 6.De2 De7 7.Cbd2 Ag4 8.h3 Axf3 9.Dxf3 Cd7 10.0–0 Cf8 11.Cc4 f6 12.c3 a6 [(uno de los inconvenientes del peón doblado en c6 es que sólo las blancas podrán romper en la columna 'd'; y, para evitar quedarse con un peón débil en e5, las negras deberán tomar en d4, cediendo el control del centro; pero antes Keymer maniobra para debilitar el ala de dama)]

 13.b4 Aa7 14.Ca5 Tb8 15.Ae3! Ab6?! [(parece mejor 15...Axe3 , y entonces tanto 16.Dxe3 -que, probablemente, es lo mejor- (como 16.fxe3 darían una pequeña ventaja blanca tras la inevitable ruptura en d4)) ]

 16.Axb6 cxb6 17.Cc4 b5 18.Ce3 Ce6 19.Cf5?! [(parece más preciso 19.d4! , manteniendo el caballo en e3 para especular con d5)]

 19...Dd7?! [(tras 19...Dc7! a 20.d4 se podría responder con 20...0–0 , porque la dama retomaría en e5)]

 20.d4 exd4?! [(se aguantaba mejor con 20...g6 21.Ch6 Dg7 22.dxe5! fxe5 23.Tad1! Re7! 24.De3 Tbd8 , con una posición algo inferior, pero sostenible)]

 21.Tad1 0–0 22.cxd4 g6 23.Dg4 Rh8 24.Ce3 De7 25.d5! Cg5 26.Td4 Cf7 27.Tfd1 Tbd8 28.h4! [(con la garantía de un peón central pasado y control del centro, Keymer debilita también el flanco de rey negro)]

 28...Tg8 29.h5 Ce5 30.De6! Tge8 [(tras 30...Dxe6 31.dxe6 , con f4 latente, la penetración por la columna central sería decisiva)]

 31.f4 Cf7 32.hxg6 hxg6 33.Dg4 Rh7 34.Rf2! [(la ventaja es ganadora, y el remate será implacable y bello)]

 34...Ch6 35.Dh3 f5 36.Th1 Dg7 37.e5 Th8 38.Dh4 Td7 39.d6 Rg8 40.Dg5 Rf7 41.Tdd1 Re6 [(diagrama)]

 42.Txh6!! Txh6 43.Cc2! Rf7 44.Cd4 Rg8 45.Ce6 Df7 46.Dxh6 Dxe6 47.Rg1 Tg7 48.Dxg7+! [, y Beukema se rindió.]

 1–0


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Fuente: elpais.com