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21 junio 2016

I Congreso de Pedagogía y Aplicaciones Sociales del Ajedrez



La inteligencia y el ajedrez

José Antonio Marina ofreció la conferencia inaugural

del I Congreso de Pedagogía y Aplicaciones Sociales del Ajedrez, celebrado en el Colegio


El filósofo de la educación José Antonio Marina ofreció la conferencia magistral La inteligencia y el ajedrez en la inauguración del I Congreso de Pedagogía y Aplicaciones Sociales del Ajedrez, que se celebró en el Colegio Gredos San Diego Buitrago con participación de prestigiosas personalidades de esta disciplina y asistencia de docentes y apasionados por este instructivo juego. 

Toda la información sobre el Congreso puede consultarse en: ww.chesshelpsyouthink.com

José Antonio Marina explicó qué es la inteligencia ejecutiva, que viene a ser aquella inteligencia que dirige y decide todos los procesos de evaluación del cerebro. Diferenciamos así entre dos tipos de inteligencia, que bien pueden imaginarse como dos pisos o niveles dentro de nuestro cerebro: abajo, la inteligencia generadora; y arriba, la inteligencia ejecutiva. En el piso de abajo encontramos las ideas, los sentimientos, los impulsos, las imaginaciones que todos vamos generando... En palabras de Marina, "se trata de la sala de máquinas" del cerebro, una sala de máquinas que nunca para y que envía información de manera constante al piso de arriba para su procesamiento. 

Desde este nivel superior, a través de la inteligencia ejecutiva, es desde donde cada persona ordena, selecciona, decide y ejecuta todas las operaciones mentales que le vienen dadas desde el piso inferior. Para mayor claridad, un ejemplo: la habilidad en la toma de decisiones de cada persona se pone en marcha en este sistema superior y consciente.

La inteligencia humana.

Otra cuestión relacionada con lo anterior es la siguiente: a diferencia de la inteligencia artificial, la inteligencia humana es experta en reconocer patrones, es decir, podemos procesar mucha información y en muy poco tiempo si esta información nos viene dada através de unos patrones que ya reconocemos de un modo automático gracias a nuestra experiencia previa. Aquí por tanto estamos en el nivel inferior, no procesamos, sino que activamos el piloto automático. 

Existen innumerables ejemplos cotidianos de reconocimiento de patrones: si vas conduciendo y ves pasar una pelota delante de tu vehículo, automáticamente frenas y esperas ver a algún chico que intenta cruzar por el lado desde donde vino la pelota.

Esto es importante que sea así porque mediante el reconocimiento de patrones ahorramos mucha energía y "reservamos" la atención para otras situaciones.

Planificar. Dicho lo anterior hagámonos la siguiente pregunta: ¿y si nos esforzáramos en desarrollar y potenciar nuestra inteligencia ejecutiva? Es decir, si nuestra capacidad para planificar, para establecer metas, para solucionar conflictos, para decidir de forma correcta (tanto individual como socialmente), para valorar y para también actuar depende de nuestra habilidad ejecutiva, parece de sentido común que favorezcamos el desarrollo de esta inteligencia.

Las llamadas funciones ejecutivas están "instaladas" en el lóbulo frontal de nuestro cerebro, están relacionadas por tanto con la afectividad del individuo y tienen un desarrollo muy temprano. Nos referimos a las edades de crecimiento, a las etapas del aprendizaje. Algunos autores (De Laca, Anderson, Northarn, entre otros) defienden que la capacidad de un niño para seguir unas reglas en tareas de clasificación y para cambiar de una categoría a otra (flexibilidad cognoscitiva) está presente en los años preescolares, pero que se consolida alrededor de los 6 años de edad y ¡adquiere un nivel adulto hacia los 10 años! Si aplicamos nuestros esfuerzos educativos y sociales para potenciar las funciones ejecutivas de nuestros hijos, estaremos ayudándoles a pensar de un modo más eficiente, a planificar y valorar la información de la que disponen, a manejar sus impulsos, a comprender mejor el complejo mundo que les rodea y a mejorar sus relaciones socio - afectivas con su entorno. Serán personas más inteligentes y capaces.

En palabras de Marina, "el ajedrez, pedagógicamente orientado, puede mejorar muchísimo la inteligencia". Entonces el ajedrez es una herramienta ideal para la estimulación cognitiva de quien lo practica.

Fuente: http://www.joseantoniomarina.net